La actual crisis del coronavirus ha golpeado tan fuerte a determinados colectivos y cambiado, de un día para otro, el rumbo de miles de personas.
Para muchas familias de la provincia, tras un mes sin generar ingresos, con niños, y acumulando gastos ha la situación se ha hecho ya «alarmante» en muchos barrios.
La Asociación Posidonia de Aguadulce, con el apoyo y salvoconducto de la ONG Todos son Inocentes, desde hace ya varias semanas, está colaborando con Cáritas provincial de la Puebla de Vícar. Su párroco Antonio Hernández Belmonte realizó un llamamiento urgente pidiendo colaboración en las redes sociales; «una ayuda que se destina a las personas más vulnerables que en estos momentos lo tienen aún más difícil que el resto».
Cada semana, los socios de Posidonia, así como comercios del barrio, ciudadanos y otros colectivos de vecinos donan altruistamente tanto alimentos como productos de primera necesidad que llevan por proximidad.
Tras realizar sus compras – y con todas las medidas de protección y seguridad- llevan las donaciones hasta el patio de una pareja de socios que, en la actualidad, se ha convertido en el almacén de la solidaridad.
Voluntarios de la asociación, con el permiso legal de movilidad para este cometido, se encargan de la recogida a domicilio de las donaciones de aquellas personas que, por lejanía o imposibilidad, no pueden desplazarse hasta el almacén solidario. A continuación, las donaciones se transportan hasta la Parroquia María Madre de la Iglesia en la Puebla de Vícar, donde se realiza la entrega.
Esta iniciativa está abierta a la participación de todo el mundo y es que, desde que se difundió por primera vez, las donaciones no han parado de llegar.
La presidenta de Posidonia, Sámar Fayad, reconoce que desde que se hizo el primer reparto, la afluencia de gente y, por lo tanto, de donaciones se ha multiplicado. La asociación ha apostado por esta iniciativa porque no había un punto de recogida por esta zona y por la necesidad que tenemos de poder ayudar, dentro de nuestras posibilidades. Las necesidades se han incrementado considerablemente y no podemos olvidarnos de las personas más vulnerables».
«Son personas que viven en barrios de Vícar, Roquetas, El Ejido y en cientos de zonas más. Son vecinos olvidados e invisibles, que no tienen redes sociales, a los que no conocemos y que no muestran a través de Instagram o Facebook cómo viven la cuarentena, porque su única preocupación es cómo pueden adquirir alimentos, productos de higiene o de primera necesidad para sus hijos», explica el colectivo en un comunicado.
De momento, la Asociación Posidonia de Aguadulce seguirá con esta labor «el tiempo que sea necesario», aunque solicita colaboración de todos los ciudadanos.
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