El municipio almeriense de Almócita cuenta con tres nuevos atractivos turísticos tras la creación de dos nuevos miradores y la rehabilitación del patio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia.
En la construcción de los dos miradores, iniciativa del Plan Turístico de la Alpujarra, se han aprovechado dos antiguas eras del municipio alpujarreño, la de Las Hazas y la de la Balsa de Las Espeñuelas, donde se han colocado elementos de observación, reconocimiento y señalización en mirador panorámico.
El primero de ellos localiza puntos de la Alpujarra como el Cerro del Capitán, minas de La Solana, Camino de las Fundaciones Reales, El Morrón, la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia, el barrio de la Judería, el castillejo de Beires o la Ermita de la Virgen de los Desemparados.
El mirador de Las Espeñuelas también ubica la fuente del nacimiento de Beires, el castillejo, la Ermita de la Virgen de los Desamparados o la referencia a su coto minero.
Los paneles informativos contienen información sobre la difícil convivencia entre moriscos y cristianos, haciendo referencia a la paz de las Alpujarras y los sucesos de mayo de 1570; la funcionalidad del arte mudéjar y su relación con la cultura morisca, ejemplificando con otros puntos simbólicos de la Alpujarra; la construcción en piedra; la importancia de las puertas y accesos en la época; y la historia de la Iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia.
Recuperación de la iglesia
Las obras realizadas en la Iglesia, la única realizada en piedra de toda la Alpujarra, han consistido en la recuperación del solar del patio descubierto, surgido por el derrumbe de la cubierta a principios del siglo XX, quedando únicamente la del altar mayor. Este espacio, hasta ahora carente de utilidad, es ahora un vestíbulo de acceso a la Iglesia que refleja información de la arquitectura religiosa de la Alpujarra, donde el arte mudéjar es denominador común.
Antonio Manuel Ortiz Oliva, alcalde de Abla y también presidente del ADR Alpujarra Almeriense y del Plan Turístico, afirma que “esta adecuación permite recuperar este espacio abandonado para potenciar los valores artísticos de la iglesia parroquial como ejemplo único del arte mudéjar en piedra y con la peculiaridad de tener una magnifica armadura en la cabecera”.