Expertos en desinformación y seguridad nacional se han dado cita este miércoles, 22 de marzo, en la sede de la UNED en el marco de las jornadas Lucha contra la desinformación: la Seguridad Nacional en el marco de la estrategia de la UE organizadas por el Centro de Documentación Europea de la Universidad de Almería.
La desinformación es una de las mayores amenazas de los países democráticos, por eso desde hace años se está trabajando con ahínco en su lucha. Juergen Foecking, director adjunto de la Oficina del Parlamento Europeo en España, ha sido uno de los ponentes de estas jornadas en las que ha explicado que la UE ha creado una red de investigadores y un código de buenas prácticas de autorregulación de las plataformas, así como que trabajan en los retos que supone la Inteligencia Artificial con el fin de que “no nos llegue demasiada desinformación a través de los algoritmos”.
Los temas actuales que mayor desinformación está generando son los relacionados “con el tema de la invasión rusa de Ucrania y también sobre las políticas europeas”. Para Foecking, el principal problema “es establecer el límite para saber dónde termina la libertad de expresión y empieza una información falsa”. Otro de los principales problemas en la lucha contra la desinformación es el hecho de estar “corriendo detrás de las nuevas tecnologías que avanzan muy rápido. Es muy difícil regular esto con los pocos recursos que tenemos, hay muchos hackers e informáticos con mucha imaginación y nosotros somos funcionarios europeos que hacemos las leyes. Y la legislación es muy lenta y hay que ver si esos trámites sirven en un entorno tecnológico tan cambiante”.
Una vez que se detecta la desinformación, la UE utiliza canales para dar a conocer qué es una noticia falsa y se obliga a las plataformas a retirarlas. “Sin embargo, con esto alimentamos más la difusión y es difícil, por eso es mejor mirar caso por caso. Lo más importante es retirarlas, aunque el daño ya está hecho. Es una guerra eterna. Corremos siempre detrás porque la gente que produce las noticias falsas tiene mucho poder, es muy lista. Para mayor complejidad, ahora estamos en una fase en la que se pueden manipular vídeos o la voz de alguien para que diga cosas que no ha dicho. Todo se complica aún más. Estamos intentando legislar pero es solo el comienzo. Hoy en día tenemos una solución para cómo era la vida hace dos años, pero todo está evolucionando de forma muy rápida. Las cosas cambian casi de un día para otro. No quiero ni pensar en lo que va a pasar en unos años”.
Foecking apunta a la educación como una de las posibles soluciones para frenar la desinformación. “Desde la UE financiamos muchas campañas con este fin. Hay que mostrar a los niños, desde la escuela, los peligros de internet y enseñarles a que no se expongan y sepan que hay muchas noticias falsas”.
Herramientas como Newtral
En España existen numerosas herramientas que luchan contra la desinformación como Newtral. Guillermo Infantes, periodista de esta plataforma, participa este tarde en las jornadas. “Nuestro objetivo, lejos de que algunos piensen que somos justicieros y tenemos el poder de la verdad, es que cuando a una persona le lleguen contenidos engañosos que le pueden conducir a error, engañar o crispar, tenga una herramienta para protegerse y sepa de forma profesional (por periodistas) que esa información que está sesgada puede ser engañosa”.
El equipo de verificación de Newtral se dedica a monitorizar aquellos mensajes con desinformación que circulan por redes sociales. En su día hubo un impacto grandísimo por la Covid 19, con los mensajes que hacían dudar sobre la efectividad de las vacunas y ahora con la invasión rusa a Ucrania. “No siempre la desinformación tiene como objetivo alinear la opinión de la audiencia en un sentido determinado, sino que muchas veces de lo que se trata es de generar dudas y desconfianza, que llevado al extremo puede generar una pérdida de confianza en las instituciones, en los medios de comunicación, en los representantes políticos…Y esto puede causar situaciones como el asalto al Capitolio en Estado Unidos o un desconfianza absoluta en Brasil hacia los procesos electorales”.
Los bulos corren como la pólvora
La gran dificultad reside en que crear un bulo es muy fácil, se hace muy rápido, “sin embargo, desmontarlo, con un trabajo periodístico que sostenga una investigación que contraste los datos, es una labor que lleva semanas e incluso meses. Es importante la detección temprana, pero lo más importante de todo es la autoprotección y en ella está la alfabetización mediática”. Tras años de estudio, han comprobado que los bulos tienen unas características comunes. “Son mensajes muy dirigidos que buscan viralización, polarización y crispación. Si somos capaces de identificar el impacto que busca ese mensaje en nosotros y, además, tenemos hábitos de consumo de información saludables, es decir, soy una persona informada que me nutro de medios de comunicación por periodistas, que son los profesionales de la información, estaremos más protegidos”.
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