Cáritas Diocesana de Almería ha presentado a la opinión pública un nuevo proyecto humanitario encaminado a destinar ropa usada a las familias almerienses más vulnerables y para el que necesitará la colaboración de los Ayuntamientos de la provincia a la hora de instalar un centenar de contenedores en los municipios de la provincia.
Koopera es el nombre de esta nueva iniciativa, que garantiza que toda la ropa donada tenga un uso ético una vez pasado por un exigente proceso de higienización y etiquetado.
Un proyecto textil con el que la ONG pretende cualificar la utilización de la ropa donada que recibe, aplicando criterios de dignidad, ética y transparencia, y en beneficio de las personas en riesgo de exclusión o excluídas.
Son muchas las personas que se preguntan a dónde va a parar la ropa usada que donan a través de diferentes medios.
A través de Koopera, el 10% se pone a disposición de las personas sin posibilidades económicas –una parte de dicha cantidad se pondrá a la venta a través de una tienda de ropa donde dichas familias podrán acudir en igualdad de condiciones que el resto de la población–, un 50% se envía a Cáritas de otros países con más necesidades, el 30% se destina a la industria colchonera (tapicería, relleno) y el tanto por ciento restante se empleará como materia energética de combustión. De esta manera no cabe sospecha sobre el destino final de las donaciones que, siguiendo directivas de la Unión Europea, serán gestionadas «desde un respeto absoluto al medio ambiente».
Un proyecto, presentado este jueves por Juan Antonio Plaza, delegado diocesano, y Andrés Asensio y Mª Carmen Torres, director y subdirectora de la ONG, que –en palabras de Juan Antonio Plaza– trata de «dignificar la atención y la ayuda que se está prestando a las personas que acompañamos poniendo siempre a los últimos de nuestra sociedad en el centro de nuestras preocupaciones».