La Peana, encina milenaria considerada la más antigua de Andalucía, con más de 1.300 años de vida en sus ramas y raíces, está en serio peligro. En su tronco y ramas principales han aparecido grandes grietas que amenazan su estabilidad y su supervivencia a corto plazo si no se actúa.
Este ejemplar ubicado en Serón y conocido como La Peana, fue declarado por la Junta de Andalucía como Monumento Natural hace dos años, atendiendo a su singularidad y antigüedad, y también como testigo mudo de lo que fueron los grandes bosques de encinares de la Sierra de Los Filabres hasta mediados del pasado siglo XX.
Todas las alarmas han saltado desde que la semana pasada se descubriera esa «enorme» grieta que se aprecia en su tronco. Las primeras observaciones de los técnicos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible no han podido evitar calificar de muy grave la situación.
Desde el Grupo Ecologista Mediterráneo, en una reunión de urgencia con responsables del Área de Medio Ambiente de la Consejería se han aportado algunas de las posibles medidas de urgencia para frenar el deterioro, pero sobre todo se pide, de acuerdo con un representante de la propiedad, Manuel Pérez Sola, que se actúe con absoluta celeridad para no tener que certificar la muerte de la encina.
Unas actuaciones en las que coinciden con los técnicos de Medio Ambiente y de Agricultura y que pasan por realizar una poda de formación o equilibrante para descargar del excesivo peso a las ramas mayores y al tronco, colocar tirantes o tensores que alivien ese sobrepeso, además de anillar el tronco en la zona de la grieta para evitar que se siga abriendo. A partir de ahí, sería necesario sellar las grietas con mastik, un tratamiento específico cicatrizante, tras comprobar que aún no existen hongos o insectos en esa zona de fractura, lo que protegería el tronco de plagas o insectos minadores, una posibilidad que aumentaría en caso de que se produzcan lluvias.
Las causas que han derivado en esta grave amenaza para la supervivencia de la peana hay que buscarlas en la avanzada edad de la encina, pero también en la falta de atención recibida estos años atrás, a pesar de haber sido declarada Monumento Natural. Varios años de escasez de lluvias han debilitado su estructura y, en los últimos meses, la aparición de la nieve ha sobrecargado ramas y tronco hasta el punto de abrir esas profundas grietas.
Para el GEM, es necesario en estos momentos establecer un perímetro de seguridad en torno a la encina porque la constante presencia de visitantes, incluyendo excursiones organizadas, suponen también un notable impacto para el magnífico ejemplar. Los vehículos todoterreno y la presencia de muchos grupos bajo la encina presionan el suelo y las raíces del árbol y les restan eficiencia en su labor de alimentar al gigante verde.
Tras la reunión mantenida con la Junta, el GEM entiende que los pasos que se están empezando a dar son los adecuados y coincide con el plan de poner el tratamiento en manos de equipos especializados en cirugía arbórea. Pero para el grupo ecologista almeriense, lo más importante en estos momentos es, conociendo la manera adecuada de actuar, hacerlo de forma inmediata, porque se trata de una emergencia que, de no ser atendida, puede acabar en unas pocas semanas con el que con toda probabilidad es el árbol con más historia de Almería, un ejemplar único que forma parte de la cultura natural de la provincia y que es el orgullo de los vecinos de Serón y de toda la provincia.
El deterioro de los grandes árboles acabó hace poco más de cuatro meses con la otra gran encina que existía en aquella zona de Sierra de Filabres, la encina del Marchal del Abogado, afectada por grietas de similares características que las que ahora se han comprobado en la peana. También era Monumento Natural y tampoco recibió los cuidados apropiados ante la amenaza de muerte.
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