Las piernas van pesando mucho, pero la ilusión puede con todo y la entrega de los chicos de Manolo Soler parece no tener fin. Con Zamora renqueante desde el partido de cuartos, con el hombro muy tocado y con otras heridas de guerra previas recibidas a lo largo del campeonato, se ha tirado de bloque para ser robusto y fuerte ante el mejor conjunto con el que se han tenido que topar hasta ahora. El ruso ha sido un equipo muy peligroso, con control de balón y buen manejo del mismo, que ha generado ocasiones y que se ha presentado en la cita por entrar en la final con su portería a cero. Y es que su orden sobre el terreno de juego hace muy complicado el meterle un gol, pero la UAL le ha hecho dos y ha demostrado una vez más saber competir y ser muy difícil de batir. De hecho, ha ganado su quinto partido de cinco.
Tras una primera parte muy disputada, en la que las mejores llegadas han tenido el sello visitante pero con los locales también muy metidos en su papel, el pastel se ha cortado en la segunda. En el minuto 51 marcaba Daniel García, pero a falta de 11 para el final la insistencia rusa ha tenido premio por medio de Ovcharenko, que hacía el empate. El respeto al rival que se han tenido los dos contrincantes ha tenido una especial incidencia desde ese momento, puesto que además ha existido el miedo a encajar. Se sabía que si alguno marcaba se iba a la final directamente. Como ninguno de los dos lo ha hecho, ha tocado prórroga, cuya primera mitad ha concluido con el miemos empate a uno pero que se ha roto con gol de Javielín en el minuto 114, a falta de seis para el final del tiempo de prolongación.
En la misma jugada ha habido expulsión de Belorovskiy y el lanzamiento de falta posterior fue determinante para la suerte de un partido que ya no tenía la presencia de Soler, echado de su banquillo por parte del colegiado. Así, y después de mucho trabajar en los cuartos y en esta semifinal, con un corte bastante diferentes entre ambos encuentros, el premio está servido y es el de disputar la final soñada en la sede idónea, jugando en casa y no defraudando ni en lo deportivo ni en lo organizativo, sino todo lo contrario, llegando hasta cotas muy elevadas y sinónimas de éxito. El rival en la finalísima será el esperado en esa choque definitivo, el UCAM Murcia, que ha ganado la reedición del último partido del campeonato de España disputado precisamente en Almería ante la Universidad Católica de Valencia por 1-0, tanto de Carrasco en el minuto 67.
Todo el campeonato como tal se merece que la clausura sea multitudinaria, pero igualmente lo merecen los jugadores de la UAL, que van a dejarse la piel en el césped artificial que les ha visto ser los campeones ya de una categoría que claramente se les quedaba pequeña como ha sido la Regional Preferente almeriense. Ojalá que haya lleno en las gradas del campo de la Universidad este domingo a las 19.00 horas, porque es más que merecido para un grupo de futbolistas honestos que luchan por su provincia, pero también para unas chicas que se han batido el cobre por estar a la altura y lo han logrado, dando la cara siempre. El femenino cerrará la clasificación por los malditos penaltis, ya que en el partido por el séptimo puesto ha habido empate a uno con gol de Ana París en el minuto 15 de la primera mitad y la respuesta rápida, en el 17, del Marmara turco. En la tanda el resultado ha sido de 3-4, pero hay que descubrirse ante las chichas UAL.