sábado, 20 abril 2024

Inundaciones: aceitunas aliñadas en Vera aparecen en Retamar como muestra del alcance de la tragedia en muchos hogares

12 octubre 2012
Almería
Hasta una garrafa llena de aceitunas 'partidas' aparece a más de cien kilómetros del Levante

Hasta un poco macabro es el hallazgo de las aceitunas

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El mar escupe a más de cien kilómetros de litoral todo lo que el agua de las riadas del Levante arrastró

La labor de limpieza de las playas de la capital ha sido intensa en la zona de Retamar-El Toyo, hasta donde han flotado arrastrados por la marea auténticas islas completas de restos de la tragedia de las riadas del Levante de hace dos semanas. En ese tiempo entraron en el mar arrastrados por las aguas que buscaban su cauce natural y han navegado hasta que les ha correspondido tocar tierra porque así lo ha determinado la naturaleza. Todos los enseres hechos basura y toda la basura como tal que la fuerza de las aguas se llevó consigo han dado testimonio del horror de cientos de familias que lo han perdido todo.

Entre los kilos y kilos de cañas que han aparecido para dibujar perfectamente la silueta de la costa retamera, se podían encontrar todo tipo de elementos de los que no se van al fondo, sino de los que resisten a flote cualquier temperamento que tenga el Mediterráneo. Es el caso de una garrafa de ocho litros repleta de aceitunas negras que cualquier familia de la zona de levante tendría en su casa. Algo tan característico en muchos hogares almerienses como es unos kilos de aceitunas partidas metidas en agua, sal e hinojos durante un poco de tiempo para su curación, ha sido testimonio de hasta dónde ha afectado el desastre a cientos de núcleos familiares.

Las labores de limpieza de la playa de El Toyo han sido complicadas y lentas
El tractor provisto de pala carga en el camión uno de los montones hechos con anterioridad

Pero lo ha sido lo único que ha aparecido por la costa y se ha varado definitivamente en la arena, sino que se ha visto acompañada de trozos de mangueras de regadío, latas y botellas de distintas bebidas, trozos de carteles de plástico con las más variopintas leyendas, algunos harapos de lo que hace dos semanas eran ropas que los habitantes de esos municipios vestían, algún que otro animal muerto, recogedores o escobas y hasta palos de la luz arrancados de cuajo y encallados como restos de una embarcación antigua. Los voluntarios se han encontrado de todo eso en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, pero  ya fuera del parque, nada más pasar el límite de la ermita de Torregarcía, había lo mismo o más.

Precisamente en las labores de limpieza de esa primera playa urbana de la capital no protegida por la denominación del Parque se afanaba un tractor de pala excavadora, que amontanaba los desperdicios en pequeños montículos que después ha ido cargando en un camión de volquete que iba y venía en carga y vacío. Su trabajo ha sido laborioso, puesto que entre el cañaveral depositado sobre la playa podía encontrarse cualquier cosa. De hecho, la tragedia ha cogido forma de juego de niños, ya que las familias que han querido pasar un rato sobre la arena han utilizado parte de esa materia prima tirada como elemento para la construcción de cabañas. Obras arquitectónicas efímeras, como metáfora de lo sucedido en varios de los pueblos costeros, han sido derribadas por el tractor de limpieza.

El material más abundante encontrado sobre la arena ha sido la caña
La tragedia hecha juego de niños con la construcción de cabañas a lo largo de toda la playa de Retamar