Las imágenes que ilustran esta información son lo más importante de la misma, o mejor dicho, el día y la hora en las que se se han tomado. Son de hoy, miércoles 2 de mayo de 2012 a eso de las 10:30 horas, momento habitual de mucho trasiego de ciudadanos en la cuadrícula en la que se encuentran las calles que muestran. Se trata de la manzana compuesta por Artés de Arcos, Ingeniero López Rodríguez, General Moscardó y Hermanos Machado, vía bajo la que hay un parking del mismo nombre y que también aparecía desangelado a esa misma hora.
Los coches han desaparecido de casi todas las calles, siendo quizá esta zona más significativa que otras al encontrarse justo en un nudo de edificios administrativos, caso de la Diputación, de varias delegaciones de la Junta de Andalucía, de Tráfico, de alguna sede ministerial y de la Biblioteca Francisco Villaespesa. Además, está repleta de comercios, entidades financieras, cafeterías y otros servicios, siendo habitualmente un hervidero de vecinos por la gran densidad de población del barrio Mediterráneo-Oliveros.
La nueva reglamentación de regulación del aparcamiento es más exigente y cara, pero si uno de los objetivos que se manejaban era el de llenar los parkings subterráneos construidos por toda la ciudad, está siendo un fracaso, porque tampoco están recibiendo el flujo de vehículos procedentes de estas plazas en superficie pintadas de azul. La escapatoria está siendo la explanada pública del puerto, repleta desde primera hora, o simplemente dejar el coche en casa ante la carestía y la incomodidad para los que tienen que pasar una mañana o una tarde enteras, o bien trabajando o bien de trámites, por la ciudad.
El uso de los nuevos parquímetros tampoco está siendo muy fluido por parte de los conductores, ya que para un control más efectivo de que no se excede del tiempo de estacionamiento máximo establecido hay que introducir varios datos, como es la matrícula del vehículo. Una vez pasado ese tiempo no vale con desplazarlo una calle más arriba, sino que hay que cambiar de zona dentro de las establecidas en la nueva normativa. A todo esto, y hasta su retirada definitiva, los viejos parquímetros siguen plantados en las aceras pero sin uso ninguno.
Sin duda que el fin de alcanzar una rotación efectiva en los aparcamientos sí está resultando como se pensaba, pero las alternativas para los ciudadanos con coche son muy pocas si se ven obligados a usarlo a diario y a dejarlo estacionado más tiempo del máximo permitido. El resultado está siendo el de una viva imagen de la falta de actividad económica en comparación a fechas anteriores, simulando en ocasiones ser una ciudad, o una zona, de las llamadas fantasmas, algo impensable hace muy poco tiempo.