Los almerienses de a pie que a última hora de la tarde de este lunes pasaron por la Carretera de Sierra Alhamilla se sintieron felices. Se produjeron casos de quienes ni se percataron, porque esa vía de circulación es parte habitual de su día a día y la transitan de manera mecánica, pero la mayoría sí que se sorprendió gratamente al tener a la vista la vieja y hasta ahora olvidada estación de tren. Había desaparecido el muro que separaba los raíles del tren y el asfalto, quedando reducido a un poyete de apenas medio metro de altura desde la rotonda del Cable Inglés hasta el paso elevado de peatones de Ciudad Jardín.
Esa pared blanca que delimitaba un pasillo longitudinal que corre aún parelelo a las vías del tren, ayudada no hace tanto por las robustas paredes del Toblerone, ha pasado a ser historia al menos en parte. Se puede decir que es la parte sencilla, puesto que lo complicado será que algún día no esté el tramo entre el paso elevado antes citado y el puente de la Avenida del Mediterráneo. Son las dos únicas líneas transversales que cruzan los raíles hasta que se llega al Camino de la Goleta, la tercera, con el paso subterráneo de peatones y vehículos, y el vergonzoso paso a nivel de El Puche, el cuarto, infraestructura impropia de cualquier ciudad moderna que se precie.
Desde la Avenida del Mediterráneo hacia la periferia también existe complicación a la hora de eliminar la barrera ferroviaria que divide a la ciudad de Almería en dos, pero acometer la supresión del paso a nivel significa una obra de una cuantía asumible, y cuando se lleve a cabo supondrá un avance importante. Eso sí, los trabajos ahora acometidos y los que se acometan en ese momento son sobre todo un golpe de efecto desde el gobierno municipal de cara a la ciudadanía. La planificación que desde el Ayuntamiento capitalino se ha realizado sobre el paso del ferrocarril por la ciudad debe ir acompasada en un todo, pactado en el soterramiento, pero la primera fase queda libre y se realiza en un momento de rédito electoral, y las siguientes ya se verá.
Los casi trescientos millones de euros que cuesta soterrar el tren en Almería, los tantos años de idas y venidas sin ningún avance y la situación de crisis han hecho descreídas al respecto a un par de generaciones de almerienses, que no echan cuentas a esa obra. No cabe duda de que ver el muro tirado en el suelo y contemplar la estación desde Ciudad Jardín es algo que impacta a la opinión pública, que ahora seguramente se preguntará menos sobre el mañana del soterramiento real. Pero, con todo, han aparecido voces de la calle preguntándose el por qué no se había acometido mucho antes esa retirada de vías y eliminación de la división de la ciudad en la parte en la que ahora se está trabajando, sin tráfico ferroviario activo desde hace décadas.
También han surgido los que se preguntan por una unión efectiva en términos de tráfico, puesto que la que se va a lograr no permite la circulación rodada. Sea como fuere, se toma como el inicio de una nueva vertebración entre el centro y Ciudad Jardín, todo un avance vista la situación de partida. En declaraciones del concejal de Urbanismo, Pablo Venzal, la construcción del parque camina a buen ritmo y cumplirá los plazos previstos -ejecución de nueve meses pero con la certeza de que se hará antes-, algo de lo que nadie dudaba sabiendo la cita con las urnas del próximo mayo de 2015. En concreto, estos trabajos los realiza la UTE que forman Fircosa-Gesforal y su resultado final será el denominado Parque de la Estación. A vista de pájaro, desde el paso elevado de peatones, hace días que se veía el avance en el replanteo del terreno y las obras de canalización.
Lo siguiente será la ampliación de la acera de Sierra Alhamilla antes que en la parte contraria, la de la Carretera de Ronda. Habrá delimitaciones del espacio, pasando de una drástica división intransitable a otra suave y de paso libre para personas y no vehículos. Luchando contra el desnivel entre las dos vías principales que cierran la cuña de terreno, se hacía ya imprescindible tirar el muro de la zona sur para continuar las obras. A efectos de tráfico, cabe tener en cuenta que habrá cortes y que la calle La Marina soportará todo el paso hacia el norte de la ciudad. La próxima semana se acometerá lo mismo pero por Carretera de Ronda, dejando en el olvido del todo el recinto ferroviario. Venzal ha hablado de la «la zona que quedará liberada para la ciudad y para el disfrute de todos los almerienses, alrededor de 20.000 metros cuadrados de suelo; el parque va a suponer una continuidad en la trama urbana de la ciudad».