Muy atrás parecen quedar los tiempos en los que muchas familias llegaban a pedir algún préstamo personal para gastarlo en la Feria de Almería, muestra de lo que suponía para ellas la llegada de la celebración en honor de la Virgen del Mar. Eran muchos días, hasta 10, y los recintos sucesivos estaban en la misma ciudad y o si se prefiere en su corazón. Después los tiempos evolucionaron, los almerienses viajaron más y los modos y oportunidades de ocio se multiplicaron, pero la Feria ha venido resistiendo a las distintas corporaciones municipales que han ido pasando por la ‘Vieja Casona’ y a otro tipo de ‘feriantes’ mucho más pillos.
Ante esto, la Feria es Almería y es su gente, completada por los visitantes foráneos que ha tenido, no hace tanto contados por decenas de miles. Por ello, la celebración será este año lo que los ciudadanos quieran, o más bien pueda. La crisis va a mandar más que el programa confeccionado, el paro más que el equipo de gobierno, el bolsillo más que las ganas de diversión. La economía no está para fiestas, eso lo saben casi todos porque la sufren a diario y los informativos se la recuerdan tres veces al día, pero siempre se ha dicho que el hambre agudiza el ingenio, y es la hora de la imaginación.
Y se comenzó bien, muy bien, con un pregón en la tradicional Puerta de Purchena a cargo de la conductora de Informativos Telecinco nacida en la ciudad y llamada Isabel Jiménez, rostro bello y popular lanzado a la fama por la pequeña pantalla. Arropada por su gente de toda la vida y por miles de paisanos que querían escuchar sus palabras cargadas de recuerdos y nostalgia sobre la misma Feria y sobre sus vivencias almerienses. Jiménez se acordó en su interlocución de los hijos de esta tierra que han triunfado y triunfan en el plano económico, buscando sacar el orgullo de las almas de los presentes.
Tras el himno de la ciudad y la traca de cohetes anunciadores del inicio de fiestas, una cabalgata corta pero espectacular dejó con la boca abierta a mayores y chicos. Por delante de las carrozas y también por detrás y como cierre, el aderezo fue un teatro de calle basado en la participación de elementos interactivos de grandes dimensiones, vivas imágenes de seres salidos de la imaginación de Tolkien, o conocidos personajes de los videojuegos más populares. Sobre las carrozas, igualmente llegó un carrusel de protagonistas de los sueños de los niños, desde Bob Esponja hasta Alicia en el País de las Maravillas.
Rápido pero no escaso, sobre todo porque las muy cuidadas representaciones de Shreck, Willy Fogg, Tiana y el Sapo, Mickey y Minnie, Toy Storie y Campanilla ilusionaron con gran intensidad y la adrenalina se liberó por la cercanía y la interacción con los ‘gigantes’ mitológicos que retaban a sumarse a su juego a los espectadores. Paseo repleto y así todo el recorrido de la cabalgata, llamando a los almerienses a salir a la calle y a acudir al encendido oficial del recinto ferial. Más casetas, varias clásicas como la de Colega, y más feriantes aguardaban allí y esperaban lo que finalmente se produjo, que fue una buena asistencia en su primer día de negocio.
Los ‘cacharricos’ sonaban, giraban y se iluminaban al ritmo, ‘el Salinas’ contaba sus ventanillas de venta de tickets por largas colas de gente deseosa de un bocadillo lleno de sus productos poco ‘lights’ pero de primera calidad, los vinos de Los Maños, otro clásico, tiraba chatos con barquillos incesantemente, y los gofres y churros esperaban su turno, que siempre llega un poco más tarde. Lo que vaya a pasar en los siguientes días ya es una incógnita porque se desconoce hasta dónde podrán estirarse las economías familiares, pero la Feria se ha ideado, como ya publicó almeria360 hace unos días, lo más anticrisis que se ha podido, incluidos los toros.