martes, 5 noviembre 2024

Una pareja en paro con dos hijos vivirá en la casa de Vera cedida por un jubilado de Mataró

10 enero 2013
Vera
Eulogio Carmona

Urbanización de Vera donde se ubica la casa de Carmona

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El propietario de la vivienda es Eulogio Carmona, nacido en Motril hace 64 años, que tras la entrega de las llaves ha mostrado su satisfacción por poder ayudar Álvaro y Yolanda, ambos de 31 años y en paro.

Un matrimonio con dos hijos de 5 años y diecisiete meses ha recibido este miércoles la vivienda ofrecida por un motrileño residente en Mataró en la localidad almeriense de Vera, por un periodo de al menos dos años. La propuesta solidaria estaba dirigida a familias que hubieran perdido su vivienda a causa de la crisis económica.

El propietario de la vivienda es Eulogio Carmona, un jubilado de 64 años, que tras la entrega de las llaves a la familia, ha mostrado su satisfacción por poder ayudar Álvaro y Yolanda, ambos de 31 años y en paro, que tienen una hija de 5 años y un bebé de diecisiete meses.

Álvaro Chico, nacido en Alcaudete de la Jara (Toledo), acaba de acordar la dación en pago de la vivienda en la que residía con su familia en Granada. Su mujer, Yolanda, natural de Jamilena (Jaén), lleva cuatro o cinco años sin encontrar trabajo, mientras que él, trabajador de la hostelería, está en el paro desde hace un año.

La vivienda, totalmente amueblada, está situada en la urbanización Talasos II de Vera, y la familia tan solo tendrá que hacer frente a los gastos de electricidad, agua y comunidad. De las cuatro familias que optaban a la vivienda dos se han autodescartado al no tener recursos para poder hacer frente a las facturas de los suministros básicos.

«He acertado, tengo la sensación de que he acertado; mi esposa y yo nos sentimos muy felices por haber podido solucionarle la vida a esta familia durante dos años o lo que tarden en encontrar trabajo», ha dicho el jubilado de Mataró.

Casado y con dos hijos, Eulogio Carmona tomó la decisión de ceder su segunda vivienda al conocer la noticia de la muerte de Amaia Egaña, una mujer de 53 años que se arrojó desde un cuarto piso de Baracaldo cuando iba a ser desahuciada. «Los desahucios son como un tren de mercancías que ha descarrilado; mi misión ha sido colocar uno en la vía para que siga su curso; ahora le toca a los demás», explica.