En los tiempos que corren, que comprobamos a diario que los perjudicados por las medidas encaminadas a mejorar la situación de crisis económica que atravesamos, somos las personas que no hemos tenido nada que ver con el desarrollo de la situación y el desencadenamiento de la crisis, observamos que lo que necesita la población en general es motivación para generar confianza y comenzar de nuevo un movimiento económico que dinamice las cuentas públicas en general.
Los responsables de aplicar las medidas encaminadas a favorecer esta nueva situación, lejos de adoptar políticas de motivación, nos sorprende a diario con actuaciones que nos hunden más en la desconfianza y en la desesperanza de solucionar la situación en la que estamos inmersos.
Sin mencionar la falta de responsabilidad a la hora de dar el ejemplo necesario, realizando primero ellos los sacrificios que sean necesarios para arrimar el hombro, como los dirigentes dicen, e indicando con su actuación el camino a seguir.
Por contra nos imponen medidas como:
Favorecer el empleo facilitando el despido.
Incentivar a los que han defraudado con un tipo impositivo minúsculo.
A los que seguimos trabajando, nos ofrecen unos servicios públicos deteriorados, así como la incertidumbre de la persistencia de los mismos, sobre todo los servicios esenciales para el buen funcionamiento de la sociedad, como son la Sanidad, los Servicios Sociales y la Educación.
Protestar es delito.
Y las asociaciones están siendo arrastradas bajo la sombra del miedo que está instaurado en la sociedad, miedo a que todas estas medidas se realicen de forma selectiva, perjudicando a quienes se opongan o critiquen las mismas, como se hacía en España hace 40 años.
Gracias a esto han convertido a estos grandes vehículos de la relación Hombre/ Estado, o Ciudadano/Administración Pública, en herramientas para lograr los objetivos marcados, que no son otros que cegar y evitar la participación ciudadana, para con ello poder utilizar a sus componentes sacrificados en la reconstrucción de una nueva sociedad capitalista, sin apenas oportunidades ni servicios. Y con ello valorar lo más básico que es la subsistencia y normalizar el sometimiento a los poderes del Estado.
Y todo esto es lo que llaman medidas para la MOTIVACIÓN de la Sociedad, motivación encaminada a la necesidad de trabajar y colaborar en el desarrollo de la función pública.
Por favor ….. ¡Qué me lo expliquen!