No debemos dejarnos ir, la realidad pasa cada vez más rápido y cuesta asimilar una lógica compleja y, en muchos casos, injusta. Son tiempos contradictorios que nos obligan a estar alerta ante los cambios que todo lo mueven. Conceptos como desaprender están presentes en el nuevo discurso, que no deja de ser reiniciar nuestro sistema para actualizarlo. Reciclarse, empezar sin prejuicios, sin barreras autoimpuestas, con la seguridad de la experiencia y/o la ilusión.
Los avances en las ciencias y tecnologías han hecho que ideas ancladas durante toda la vida pasen a ser cuestionadas o directamente descartadas. Si miramos alrededor, muchas de las cosas son diferentes. Nos relacionamos con nuestra gente de otra manera y nos asomamos al mundo cada vez por más ventanas, los estímulos recibidos son mayores y por ello debemos estar preparados. No podemos seguir analizando la realidad de la misma manera que antes, si todo cambia nosotros también debemos hacerlo.
Los retos del mañana gobiernan el presente. Retos personales para las familias que buscan una oportunidad sin dejar atrás a ninguno de sus miembros, retos para los proyectos vitales que necesitan empuje en tiempos difíciles y retos como sociedad en un contexto en el que nuestros pilares básicos –educación y sanidad- son modificados, y cuestionar eso es tocar el pilar maestro del edificio que dábamos por seguro.
Los desafíos para la provincia tampoco son menores. El sector de la agricultura está en continua lucha por seguir presentando al mundo un modelo líder, es nuestra locomotora y seguiremos difundiendo su labor, desde el pequeño agricultor a pie de invernadero, hasta la imprescindible investigación de vanguardia que mejora el proceso.
El turismo, otro de los pilares de la provincia, se enfrenta a constantes cambios en los que cada decisión es clave. Pequeños proyectos locales se mezclan con algarrobicos, en una coyuntura en la que lo correcto y lo inevitable forman parte de una difusa frontera.
El desarrollo local, la energía, la inmigración, el medio ambiente y el modelo de ciudad sostenible son otros aspectos que ocupan la agenda de Almería en la que puede y debe ser protagonista.
El capital humano de nuestra provincia es fuerte, muy fuerte, y además imprescindible para afrontar unos años que redefinen todo lo que dábamos por hecho. Se trata de construir un mejor porvenir, todos podemos hacer algo dentro de nuestras posibilidades, pequeños gestos o grandes decisiones, lo que está claro es que, en el cruce de caminos constante en el que nos encontramos, no podemos dudar.