Hace pocas horas he sabido del fallecimiento de Cristóbal García y, desde ese momento, mi cabeza no deja de pensar en ello. Son de estas noticias que te dejan clavado en el sofá, en silencio, sin hablar con nadie por miedo a acabar repitiendo lo mismo, con desesperación, angustia y tristeza.
He repasado las conversaciones con él en el muro de Face, a través de los privados, en Twitter, herramientas que Cristóbal utilizaba para difundir proyectos y dar a conocer sus inquietudes, que no eran pocas.
Cristóbal era un tipo comprometido. La mayor parte de las veces que ha interactuado con este medio de comunicación ha sido para pedir algo para los demás, en acciones solidarias o de lucha por corregir deficiencias de su barrio, comunidad o entorno.
Algún malnacido, hoy, se habrá frotado las manos pensando que ha desaparecido una mosca cojonera de sus vidas, nada más lejos de la realidad. Este escrito, que no panegírico al no ser voz autorizada ni cualificada para tal fin, tan solo pretende hacerle llegar a quienes corresponda que la película no ha acabado.
En el guión de la vida está escrito que Cristóbal desaparezca joven y que su legado, su lucha, continúen con más fuerza si cabe. Muchas madrugadas, Desalysol acudía a tomar café de olla y dejaba siempre una dosis contagiosa de optimismo, vitalidad, ilusión, entrega y compromiso.
El último artículo publicado en Almería 360, se despedía de sus lectores así:
Pero después de todo, que sabré yo de todo esto, tal vez solo espero que mis compañeros de teatro sepan leer entre líneas y acaben clamando sus derechos. Y que alguien nos oiga para no acabar en un “Clamé al cielo, y no me oyó mas si sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo, no yo”
Seguiremos sirviendo un café cada mañana para Cristóbal y desde ahora, en su ausencia, incrementaremos nuestra vigilancia en su Cabo de Gata, apoyaremos a los jóvenes actores de la provincia e impulsaremos la contratación de profesionales del cine almerienses por encima de cualquier proyecto de fuera.
Colaboraremos con asociaciones, colectivos solidarios que se apoyen en proyectos audiovisuales con firma y ADN de entregados, ilusionados e imaginativos profesionales como lo fue Cristóbal García, a quien no tuve el gusto de conocer y, sin embargo, siempre consideré uno de los nuestros. Descanse en paz.