viernes, 29 marzo 2024

El coronavirus somos nosotros

26 marzo 2020
Jose F. Tejada
coronavirus

Coronavirus

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Es fácil quedarse en casa cuando fuera caen chuzos de punta o hay un temporal con alerta naranja. Pero esto no ha hecho mas que empezar. El Cogreso ha aprobado otros 15 días de confinamiento y, en esos días seguramente va a salir el sol, subirán las temperaturas y todo serán cantos de sirenas que nos llamarán.

Lo del confinamiento es como la Constitución. Si se cumpliese no habría mayor problema. Pero resulta que somos el peor enemigo de la naturaleza, de los animales y del propio hombre. Yo diría que de nosotros mismos.

Creemos que engañamos al médico cuando nos pasamos sus pautas por la entrepierna. Nos sentimos audaces cuando esquivamos un control de policía que trata de protegernos. Parecemos impunes cuando sentimos que nadie nos ve. No aceptamos nada que se nos imponga, mucho menos si lo hacen con uniforme o correajes, aunque su misión sea la de protegernos.

Recordemos que el hombre es capaz de votar contra sí mismo, acordémonos de Barrabás, el Chiquilicuatre o Donald Trump por no mencionar otros personajes salidos de las urnas a pesar de la lógica, la fe o el sentido común.

Es fácil quedarse en casa cuando fuera caen chuzos de punta o hay un temporal con alerta naranja. Pero esto no ha hecho mas que empezar. El Cogreso ha aprobado otros 15 días de confinamiento y, en esos días seguramente va a salir el sol, subirán las temperaturas y todo serán cantos de sirenas que nos llamarán. A los jóvenes comenzará a hervirle la sangre y la primavera hará el resto. La convivencia en casa pondrá a prueba relaciones.

Nos dicen que queda lo peor y saben de lo que hablan. Los días que restan van a ser muy duros. Nos vamos a poner a prueba todos. Una foto fija que quedará para siempre. Tendremos que ser más fuertes que nunca aunque, si pensamos que esa lucha es dura, si nos creemos mas desgraciados que nadie, mas pacientes que Job o unos héroes por estar tirados en el sofá viendo series y devorando comida, entonces algo no estamos haciendo bien.

Hay personas intentando que el aire consiga llegar a sus pulmones en cada inhalación. No saben si van a volver a ver una cara humana, algo que no parezca un astronauta a su alrededor. Personas no tan mayores, deportistas sin antecedentes ni patologías previas que luchan por un respirador para aguantar el mayor tiempo posible sin desfallecer. Gente nada imprudente que se contagió en una fiesta familiar, en un mitin, en una manifestación, en un campo de fútbol o en una de las muchas concentraciones que hemos celebrado en este país hasta el confinamiento.

Buscar culpables en este momento, analizar quién o cómo se hubiese administrado esta pandemia mejor o diferente es un error que no viene a ayudar, todo lo contrario. Pero es mucho peor el intentar sacar rédito político, personal o empresarial de esta crisis mundial.

Que todo el mundo quiere ayudar, parece una evidencia. Pero no todos lo consiguen, incluso, hacen todo lo contrario. Hay legiones de internautas que buscan desde su casa una solución eficaz, diferente, mágica para combatir el coronavirus, para evitar contagios o curarse fácilmente del COVID-19. Millones de virólogos con el título de la Wikipedia que nos tratan de informar de lo último o lo diferente de esta enfermedad. Economistas reconocidos en su casa que nos vaticinan un futuro negro, rosa o blanco cuando no existen precedentes ni datos que puedan avalar sus argumentos.

Somos nosotros el enemigo a vencer. Hasta que no nos demos cuenta nada va a cambiar. Tenemos que luchar contra nosotros para acabar con esta locura. Yo propongo que cada uno empiece la lucha ya, ahora mismo. Que cada individuo comience a pelear consigo mismo, con su propia voluntad, comodidad, preferencias, líneas rojas y excusas patateras. Si queremos que todo esto termine y que lo haga bien, vamos a cogernos de las solapas y vamos a hablarnos en serio. Si no somos capaces de cambiar, de sacrificarnos, no pretendamos que los demás lo hagan.

Nuestra misión es ahora quedarnos en casa y salir lo imprescindible para subsistir. Si no lo entendemos, si no lo cumplimos, si lo cuestionamos, entonces el coronavirus somos nosotros.

Jose F. Tejada Garrido

 

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Un comentario

  1. El hombre ya no es que tropiece dos veces con la misma piedra, es que el mismo pone esa piedra delante, y no una pequeña, sino una roca grande para que se choque el de al lado.
    ¿Por que no toman medidas contundentes de una vez por todas? ¿Por que no confinan en la carcel a la gente que se salta no las normas y leyes del estado, sino las leyes morales? ¿no hay sitio? Seguro que mas de uno lo preferiria. ¿Por que tenemos que tener trabajadores expuestos en supermercados y otros negocios? ¿Por que no se hacen raciones de comida para una semana? No interesa porque todo es dinero.

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