Hacía muchos años que no se generaba tanta incertidumbre en Roquetas de Mar en unas elecciones municipales. La explosión del PP a modo de piñata va a hacer que caigan concejales a diestra y a siniestra y que, por primera vez, Gabriel Amat vea peligrar seriamente su trono de hierro.
En las encuestas que nadie conoce, nadie ha visto y seguramente no existan, el PP no obtendrá más de 6 concejales, a pesar de los muchos miles de euros que está gastando el actual alcalde en su campaña. Y son pocos, teniendo en cuenta que la estrategia del partido de la gaviota es quitar la referencia a las siglas PP, que restan votos, y resaltar el nombre propio del candidato, algo que en Roquetas de Mar ya se ha quemado en anteriores citas. La solución chapuza ha sido inventarse ‘el milagro de Amat’.
En esas encuestas inventadas, el PSOE tampoco será el sustituto preferido de los roqueteros que, aunque han votado más que nunca a esta formación en los últimos comicios generales, siguen viendo al mismo candidato y la misma política de siempre.
La irrupción de Vox en el escenario provincial apunta a Roquetas de Mar como el segundo feudo de la ultraderecha, tras El Ejido, en donde esta formación podría conseguir un resultado más que notable. Por encima de 7 concejales le concede la encuesta imaginaria que se mueve en los mentideros.
Todo parece diseñado, medido y asumido. Sin embargo, lo que sorprende en esas encuestas de las que nadie habla, porque seguramente nadie ha visto, es la horquilla de 0 a 2 concejales que podría conseguir el partido de Aguadulce. Los aguadulceños acudirían por primera vez al consistorio con su lata de anchoas como Revilla para exigir y preguntar: “Qué hay de lo nuestro?”.
Un mensaje que en el siglo pasado llevó a INDAPA a conseguir tres concejales en el Ayuntamiento y que, tras la marcha de sus verdaderos promotores, quedó arrinconado en un triste archivo, en un lugar del Poniente, del que sale su representante cada cuatro años a pasar el sombrero por lo que fue, por lo que venga.
En su lugar ha irrumpido Aguadulce en Marcha, una nueva formación de jóvenes cargados de ilusión e imaginación que absorbe lo mejor de pasados proyectos – hoy día ya agotados- y se presenta el domingo como la candidatura que más se parece a sus vecinos.
La formación encarna una herramienta local que aspira a convertirse en casa común de los aguadulceños llegados de cualquier partido o de cualquier lugar. El objetivo común de mejorar la vida de las personas supera cualquier diferencia ideológica o coyuntural.
Sin grandes presupuestos pero con mucha imaginación, Aguadulce en Marcha ya ha conseguido de alguna manera empoderar a esta localidad. Ha obligado al resto de partidos a incluir Aguadulce en el debate, en las propuestas, en su discurso electoral.
Son muchos los retos que tiene por delante el núcleo en todos los ámbitos. El potencial es innegable pero hay que desarrollarlo con ideas nuevas, equipos transversales y la opinión de los que más saben de Aguadulce: los propios vecinos.
El adversario no es Roquetas de Mar, ni muchos menos. Los enemigos de Aguadulce son la suciedad, la falta de ocio de calidad y la ausencia de zonas deportivas.
Aguadulce tiene suficiente potencial como para ser tomada en serio. Necesita voz propia en el Ayuntamiento sin las pesadas ataduras que vienen desde Sevilla y Madrid.
Tener presencia en el pleno municipal y liderar el debate público solo es posible con el apoyo de la ciudadanía de un núcleo que merece mucho más. Ha llegado la hora de ir a por ello.
Por tanto, este domingo, yo votaré a Aguadulce en Marcha y animo a los vecinos de Aguadulce a hacerlo.
Jose F. Tejada.
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