La Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas, COAG, de Almería, alerta sobre la bajada generalizada de precios en hortícolas, especialmente en tomate y pepino, que se está extendiendo en pimiento verde y calabacín. La tendencia a la baja que comenzó la semana pasada (semana 3, del 15 al 20 de enero), se está intensificando durante esta cuarta semana de campaña (del 22 al 26 de enero), alcanzando ya precios por debajo de los costes de producción, y con desplomes que, en el caso de tomate o el pepino, suponen entre un 70% y un 80% por debajo de las cifras manejadas la primera semana del año, y que, en algunas cotizaciones se han derrumbado hasta los 0,50 céntimos, para ambos cultivos.
“Desde COAG Almería queremos llamar la atención sobre estas crisis de precios, el temido diente de sierra de la pizarra almeriense, confirmando que estas fluctuaciones no se sustentan sobre una justificación sólida, a pie de campo. La verdad es que la subida de temperaturas no es un argumento sólido pues cerramos el año con una cantidad de producto afectado por varios problemas, como por ejemplo la virosis. Por otro lado, Centroeuropa se encuentra en este momento ‘congelada’, sin producción”, explica en detalle Andrés Góngora, secretario Provincial de COAG Almería.
En este sentido, continúa Góngora, “queremos hacer un llamamiento de contención a las comercializadoras para que no se dejen llevar por este movimiento que es más especulativo que otra cosa. Así, y siendo conscientes de que la producción ha sufrido un aumento, este incremento no es suficientemente fuerte como para justificar la brusca bajada de precios. Exigimos que no entren en el juego de tirar todavía más los precios”.
Programas y planificaciones, en la sombra
Las dinámicas de la comercialización y la distribución agroalimentaria no son del todo transparentes ni accesibles. El canal comercializador opera en la actualidad a través de programas que cierra con los supermercados y las cadenas agroalimentarias. Estos programas de comercialización establecen una planificación que repercute sobre el precio y también sobre el volumen que se va a manejar de cada cultivo, obligando al agricultor, en última instancia, a organizar sus cosechas de acuerdo a los términos que se hayan negociado en el mencionado programa.
“Es difícil de entender cómo este sistema, tan programado y bien atado, se volatiza ante un leve aumento de la producción y ocasiona un desplome en los precios cuando para lo que en realidad fue creado es precisamente para lo contrario”, denuncia Góngora, desvelando el fallo del sistema que descubre los mecanismos especulativos del canal.
“Lo que se esconde detrás de estas prácticas es la venta ‘a resultas’. Una vez que observas el mercado y te das cuenta de que se produce este efecto de caída en picado de los precios, a pesar de estar todo planificado y sujeto a unos acuerdos previos, porque lo que en realidad está pasando es que se está vendiendo sin precio. Hay que perseguir estas prácticas porque la venta ‘a resultas’ está prohibida expresamente en la Ley de la Cadena”, asegura Andrés Góngora.
Importación de terceros países
Otro de los factores que juegan un papel determinante en las fluctuaciones de precios de la agricultura almeriense son las importaciones de terceros países que, estratégicamente son inyectadas en el mercado a criterio y conveniencia de las empresas de distribución agroalimentaria.
“Las repercusiones de esta situación son especialmente devastadoras para nuestro sistema productivo al encontrarse el mismo hiper-restringido normativamente tanto desde un punto de vista agrícola como comercializador. La escalada de las importaciones experimentada en la última década, deja al agricultor español maniatado y sin posibilidad de reacción ante amenazas como las fluctuaciones en los precios”, continúa explicando el secretario Provincial de COAG Almería.
“Lo que exigimos al Ministerio es la puesta en marcha de un sistema de control efectivo sobre las aduanas y los aranceles, además del control sobre el etiquetado de los productos que debe poner en marcha ya la Junta de Andalucía. Las importaciones de productos agroalimentarios no pueden gestionarse de modo arbitrario o imparcial. Es necesario regular las producciones que entran procedentes de terceros países y son las instituciones quienes deben poner en funcionamiento esa intervención”, concluye en este sentido Andrés Góngora.
Así pues, COAG Almería exige, desde hace mucho tiempo, por la puesta en marcha urgente de un Sistema Europeo de Control de Importaciones, tanto desde una aproximación analítica como fiscal, y por la creación, a medio plazo, de una Unidad Aduanera Europea a través de la cual se haga viable abandonar el sistema actual de aduanas de estado, incluyendo un régimen sancionador asociado. Las importaciones procedentes de terceros países con menos costes de producción son un elemento de distorsión en el funcionamiento de la cadena alimentaria europea, que repercute directamente sobre el sector agrario y que se está convirtiendo en el aval del sector comercializador en su juego financiero.
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