Los empresarios sospechan que se trata de robos selectivos ya que tras acceder con fuerza a los almacenes, se llevan los productos y enseres de mayor valor económico.
Y es que, por los actos cometidos, no parece que se trate de simples ladrones sino de alguna banda organizada, dado su modus operandi: acciones planificadas y un fuerte importe del valor sustraído. En este sentido, FITOAL alerta que esta situación “no solo afecta a las empresas que ahora mismo somos la diana de estas redes, sino al sector en general, pues se le está dando cobertura a unas redes organizadas que cada vez se asientan más y extienden sus tentáculos a todo lo que sea susceptible de mercadeo en la economía sumergida”.
Estos actos delictivos se han recrudecido en los últimos meses, afirma el presidente de FITOAL, Juan Sánchez Sierra, lo que acarrea grandes pérdidas económicas y un claro ambiente de preocupación e inseguridad entre los empresarios.
Por ello, para FITOAL no sólo es importante la colaboración de la administración para que establezcan los controles necesarios que impidan este mercadeo mediante la aplicación del RD 1311/2012, sino también la del agricultor en particular y del sector en general; además de tomar conciencia de que se alienta y se contribuye al delito cuando se participa de estas acciones.
Juan Sánchez Sierra, que pide más dureza para luchar contra la economía sumergida, señala, por último, las consecuencias económicas y sanitarias que se derivan de la venta fraudulenta de estos productos robados, tales como la competencia desleal, pérdidas económicas, subidas considerables en las primas de seguros, etc.