Ayer fue un día importante para Ana. En sus tres años de vida apenas si había tenido eventos sociales a los que acudir, pero ayer se tuvo que poner más guapa de lo que ya es porque sus papás, ambos agricultores, la iban a llevar a un sitio llamado Expolevante, en Campohermoso, en Níjar. El sitio debía merecerlo, pensó, porque le habían puesto sus mejores galas para ir el sábado a un lugar que, según pudo escuchar de boca de su madre, estaría lleno de gente.
En el trayecto en el coche, José, el padre de Ana, no paró de hablar de semillas de tomate, que “si están más caras que el año pasado, que si tengo que probar con algunas de tomate Raf, que si mejor seguir con las que tengo, que si todo sube menos el dinero que nos dan por los tomates…”. Todo temas de conversación que a Ana, de momento, le resultan incomprensibles, pero de los que oye hablar todo el día en su casa. Al subirse al coche, sintió nervios y volvió a escuchar a su padre hablar de los tomates que a ella tanto le gustan y de algo que se llama “precios” y que no debe ser muy bueno porque preocupan, y mucho, a su padre.
Al llegar a la feria, Ana no sabía dónde mirar. Todo era nuevo para ella. Por todos los lados había mucha gente que se agolpaba en la entrada del recinto ferial. Nada más acceder, Ana se quedó boquiabierta porque ante ella se presentaba un bullicio y un ajetreo que le gusta, pero que le impresiona. No obstante, no hay problema, está en los brazos de su madre y ése es un lugar seguro. De repente, algo le llamó la atención; sí, eran varios niños jugando con pelotas de plástico que regalaban en el stand de Viagro, mientras que una señora se acercó a ella para regalarle un globo amarillo de la empresa FICO. Antes de intentar abalanzarse sobre ella, un hombre empezó a hablar con su padre. Los dos charlaban animadamente sobre la feria y los dos estaban de acuerdo en que “esta es la feria del agricultor. No hay más que ver la cantidad de gente que hay hoy aquí. Además, por lo que he visto, están casi todas las casas de semillas. Está muy bien”. A renglón seguido el padre de Ana añade que “lo único malo es el calor que hace”. El padre de Ana se despidió de su amigo diciendo: “espero que el año que viene la campaña sea mejor y que los precios mejoren un poco porque, si no, vaya ruina”.
De pronto, algo llamó la atención de Ana. Se trataba de un pequeño halcón que volaba por el recinto. La exhibición de cetrería formaba parte de la programación de actos de Níjar Caza, que se celebraba de forma paralela a Expolevante. La niña pidió a sus padres que la llevaran a ver “las águilas”, como ella dice.
A 200 metros de donde se encontraba Ana, el alcalde de Níjar, Antonio Jesús Rodríguez, atendía a un periodista de ALMERIA360 y aseguraba que “estamos muy satisfechos con la feria. Tenemos que hacer una valoración muy positiva porque todo lo que se ha hecho, todo lo que se ha preparado y todo lo que ha pasado a lo largo de estos días tiene un fin, que es que a los expositores y empresas que han apostado por esta feria les haya significado una oportunidad de contacto, de negocio, de mantenimiento de sus clientes y de aumento de los mismo y lo que nos cuentan es que ha sido así”.
El alcalde de Níjar se encargó de dar personalmente las gracias a todos los expositores de Expolevante porque “tenemos que agradecerles que hayan venido a la feria”. El regidor añadió que no se atrevía a decir una cifra de afluencia, aunque sí aseguraba que se superarían las expectativas de 70.000 visitas. Una de esas 70.000 era Ana, que ya se había fijado en el puesto de helados que no estaba muy lejos de la comitiva municipal. Le encantan los helados, pero antes de conseguir el premio, su padre todavía tenía mucho que ver en la feria. Ana acompañó a su padre por el recinto ferial, que este año contaba con 168 stands. Además, en todos y en cada uno de los expositores, había algo que le llamaba la atención. Su padre se paró en el de Diamond Seeds, la casa de semillas que le abastece. Mientras su progenitor se interesaba por una variedad de tomate Raf, las manos de Ana se abalanzaban rápidamente sobre un cherry, brillante, de color rojo y con pinta de estar muy, muy bueno. La madre interceptó la captura, aunque ya era tarde y Ana se había comido el tomate. Su padre se reía y afirmaba: “ella me relevará con el invernadero”.
Mientras Ana disfrutaba de su tomate cherry, José Manuel Morales recogía un cheque que le hace acreedor de un viaje al Caribe para él y para su mujer, cortesía de Semilleros El Plantel. “Estoy contento, sobre todo por mi mujer, porque a mí me va más el campo que la playa, pero habrá que acostumbrarse”, aseguró al recoger el cheque de ganador. Al lado de José Manuel, el periodista de ALMERIA360 hablaba, casi interrogaba, a un grupo de agricultores sobre la feria. “A mí esta me gusta más que la Expo Agro. Aquí hay menos corbatas y más agricultores”, afirmaba José Cara, mientras que su amigo Francisco Pérez destacaba que “aquí están las empresas que de verdad interesan al agricultor. Además, es una buena oportunidad para ver a gente a la que hace tiempo que no ves”.
Mientras el grupo de agricultores disfrutaba de un merecido refrigerio y charlaba sobre los problemas del campo, principalmente sobre “los precios y lo regular que ha salido la campaña”, el padre de Ana interrumpió la conversación para despedirse. Con él estaba su mujer, que llevaba a una preciosa niña que degustaba con cara de felicidad un sabroso helado de fresa.
Al salir de la feria, Ana estaba contenta por ella y por su padre. Todos volvieron a casa y a Ana le tocó ducha, cena y sueño. Al meterse en la cama y agarrarse a su muñeco favorito no podía evitar pensar en la tarde de ayer, en la feria. Pensaba en ella, pensaba en volver a Expolevante 2014.