El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la norma por la que los establecimientos de hostelería, restauración y servicios de catering ya no podrán ofrecer a los consumidores aceiteras rellenables y sin etiquetar desde el 1 de enero de 2014.
Una polémica medida que obligará a los hosteleros a usar aceites que se presenten perfectamente etiquetados, es decir con su origen, calidad, fecha de envasado y consumo preferente. Además han de ser envases de un sólo consumo con cierres inviolables e irrellenables y en formato de botella y sobres monodosis.
Un «paso adelante» para las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA que han considerado corregido «el error» de la Comisión Europea que en mayo de este año retiraba su Plan de Acción del Olivar en la que se recogía esta prohibición.
La Comisión Europea no logró un consenso entre los Estados miembros. Votaron en contra Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca que consideraron esta medida como injusta para los restaurantes y bares de la Unión. Se abstuvo el Reino Unido.
Sin embargo, los países productores de aceite reclamaban su aprobación, como España, Italia, Portugal, Grecia y Francia, que votaron a favor de esta nueva normativa para dar un impulso al sector y, en palabras del ministro de Agricultura español, Miguel Arias Cañete, “conseguir un impacto positivo a corto, medio y largo plazo”.
La medida fue dejada sobre la mesa en Europa, en busca de más apoyos. Este viernes, España ha dado un paso en solitario y, a partir del 1 de enero desaparecerán las aceiteras de bares y restaurantes.