viernes, 29 marzo 2024

El sector agroalimentario español rechaza la posible subida del IVA

10 julio 2012
Almería
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Andrés Góngora con el ministro Arias Cañete.

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Desde COAG estiman que de materializarse este anuncio, miles de personas perderán sus puestos de trabajo ya que los agricultores no podrán hacer frente a los costes de producción

«Un incremento en el IVA de los productos, insumos y servicios agroalimentarios tendría un impacto muy negativo en el sector», así lo asegura el secretario provincial de COAG Almería y responsable estatal de Frutas y Hortalizas, Andrés Góngora. En términos generales, la renta de los productores agrarios se sitúa en el 50% del resto de los sectores de la actividad económica y  según datos oficiales del Ministerio de Agricultura, el nivel de la renta agraria española, en términos constantes, se sitúa en valores del año 1992. En este sentido, los productores no tienen capacidad para poder trasladar estos nuevos costes fiscales hacia la distribución y el consumo de los productos alimentarios. De hecho, y según explican desde COAG, es la distribución alimentaria la que fija los precios de estos productos, de forma que para evitar que el Impuesto sobre el Valor Añadido pueda afectar a sus ventas, fácilmente podrá imponerlo al resto de operadores, entre ellos los agricultores que los producen.

España, como el resto de países de la Unión Europea, aplica tipos superreducidos o reducidos del IVA, a productos básicos y esenciales para el conjunto de sus ciudadanos, entre ellos, a los productos alimentarios. Concretamente, entre estos, se aplica el tipo del 4% al pan común, harinas panificables, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales y tubérculos. Normalmente, cuando estos productos son transformados, su tipo de IVA corresponde al 8%.

Tributan también en IVA al 8%, los productos que puedan ser utilizados en la alimentación humana o animal, así como productos y servicios propios de la agricultura y ganadería para la obtención de tales alimentos. Este es el caso de las semillas, fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, en la medida en que puedan ser habitualmente utilizados en actividades agrícolas, ganaderas o forestales. También medicamentos para uso animal, productos y material sanitario para curar a los animales, y servicios prestados a los agricultores, ganaderos y forestales. Asimismo, también tributan al 8% las semillas y el plástico.

Por su importancia, hay que significar que el agua y las bebidas refrescantes están también sujetas al tipo del 8%. No así las bebidas alcohólicas o el tabaco, sujetos al tipo del 18%.

Así pues,  y según COAG, los agricultores se verán afectados de dos formas en el caso de que se materialice finalmente el incremento del IVA. En primer lugar, por un incremento de los costes de producción al aumentar el IVA de los insumos de producción agraria, y en segundo lugar, o bien absorbiendo el incremento del IVA de los productos agroalimentarios por imposición de la Gran distribución agroalimentaria, o bien, a través de la contracción de las ventas en el mercado que provocará el incremento de los precios de estos productos al consumidor, dada la dramática situación económica que está viviendo el país.

“Es inviable una subida de IVA para el sector agroalimentario. Los agricultores no podrán hacer frente al encarecimiento de los costes de producción cobrando unos precios tan bajos por los productos; a esto hay que añadir, además, que en la actual crisis que vive el país esta situación provocaría un descenso del consumo de frutas y verduras (primordial para una dieta equilibrada) y es que como vemos mes tras mes en el IPOD los precios del campo a la mesa aumentan hasta un 600% en muchas ocasiones», explica Góngora quien tiene claro cuál es la postura a seguir. «Por este motivo, pedimos al MAGRAMA que medie ante el Ministerio de Hacienda y exponga la difícil situación del sector que nos abocaría aún más a un declive que propiciaría de forma paralela la pérdida de empleo de muchos trabajadores”. Góngora recalca que “esto es un Decreto Ley por lo que no hay un proceso de consulta ni de negociación en aspectos como, por ejemplo, el IVA compensatorio que cobramos los agricultores y ganaderos”.

Además desde la organización agraria aseguran que «en la situación actual de crisis en el campo, los agricultores carecen de capacidad económica para asimilar el incremento del IVA de sus propias producciones, lo que repercutirá en la viabilidad económica de muchas explotaciones agrarias».