viernes, 19 abril 2024

«Algún día un atún rojo se va a comer a un turista»

5 octubre 2014
Roquetas de Mar
pesquero palangre

Nuevo Encarnación Cañadas

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Los pescadores de Nuevo Encarnación Cañadas, un palangrero de Roquetas afectado por la parada biológica, se quejan de la nula protección de su actividad por parte de las administraciones mientras, los sobreprotegidos atunes rojos invaden la bocana del puerto de Roquetas.

La pasada semana, coincidiendo con el comienzo del mes de octubre, entró en vigor la prohibición de la pesca del pez espada en todo el Mediterráneo. Es la llamada parada biológica establecida por la Comunidad Europea que deja amarrados a tierra a decenas de barcos pesqueros en todo el Mediterráneo durante dos meses, especialmente a las palangreras de superficie, barcos pesqueros dedicados a la pesca de aguja y atún mediante anzuelos.

En la provincia de Almería hay poco más de cuarenta embarcaciones de este tipo, la mayor parte tienen su base en el pueblo, que es como se conoce entre los pescadores a Carboneras por pura superstición; otra media docena se encuentra en Roquetas de Mar y una en Adra.

Almería 360 se ha embarcado en el Nuevo Encarnación Cañadas, una palangrera cuya tripulación ha decidido burlar el paro biológico y partir hacia Portugal, comprando la pertinente licencia, y quitarse del paro durante un par de meses.

A bordo del Nuevo Encarnación Cañadas, y tras charlar con patrón, marineros y capitán, se escucha repetidas veces el mismo comentario, “no es justo el trato que recibimos”.

Los marineros no tienen trabajo de enero a mayo, y el mal tiempo y la poca pesca dejan a los barcos en puerto durante ese periodo, aunque eso no era así antes. Hace unos cuatro años, el Gobierno nos daba licencias alternativas y podíamos pescar chirla o cualquier otro pescado, pero ahora nada de nada», nos dice Luis Gallardo Rodríguez, patrón del Nuevo Encarnación Cañadas. “En 30 años que llevo de patrón, nunca he parado. Ahora no tengo más remedio que hacerlo”, añade.

“El paro biológico llega justo cuando comienzan los niños el cole”, afirma Juan José Martín, uno de los 7 marineros del pesquero. “Nos tiramos ahora dos meses sin verlos, sin portar por casa y cuando llegamos tampoco lo hacemos con las manos llenas”. Luego, cuatro meses de inactividad y de junio a agosto, los meses fuertes.

Palangrera - Nueva Encarnación Cañadas
Palangrera – Nueva Encarnación Cañadas

El pez espada, emperador o aguja, como se quiera llamar pues, según nos explican, son lo mismo, llegan por Mallorca a nuestras costas. Lo hacen en junio. El Nuevo Encarnación Cañadas estará allí para recibirlos con sus anzuelos.

El palangre de superficie es el arte de pesca menos voraz y más selectivo a la hora de realizar las capturas. El control al que se someten estas embarcaciones es riguroso. “En una semana hemos tenido cinco inspecciones de la Guardia Civil, las pequeñas embarcaciones deportivas no reciben tantas visitas y algunas pescan atún rojo impunemente. Mientras, nosotros tenemos que presentar lo que pescamos, las facturas que luego son cotejadas minuciosamente, y no te equivoques”.

El sistema de cupos que se ha establecido tampoco es el más adecuado a juicio de nuestros marineros. “Se ha fijado una cantidad por el histórico de cada barco sin tener en cuenta las personas que van abordo o los metros de eslora de la embarcación”, comentan.

La otra especie en liza a la que este pesquero podría optar es el atún rojo, una especie atlántica especialmente protegida en el Mediterráneo por estar en peligro de extinción. Los grandes enemigos del atún rojo no están en el palangre de superficie, sino en las embarcaciones de gran tonelaje que lo capturan mediante cerco con el apoyo de avionetas, en algunas ocasiones.

Con el atún rojo y su prohibición se está creando un mercado negro. Pequeñas embarcaciones de recreo podrían estar saliendo en busca de este preciado tesoro. En estos momentos, nos aseguran los pescadores, hay atunes en exceso.

“Los atunes están entrando por la bocana del puerto de Roquetas,  están acabando con las sardinas y con todo lo que pillan por la gran cantidad que hay”, nos dice un marinero. “Un día un atún se va a comer a un turista”, aseguran con ironía nuestros protagonistas . Los atunes rojos entran por el estrecho de Gibraltar y llegan a desovar a las costas de Italia, luego vuelven al Atlántico.

Nueva Encarnación - dentro
En el interior del Nuevo Encarnación Cañadas

Precisamente hacia el Atlántico se dirigen nuestros protagonistas para permanecer hasta diciembre. Antes de salir han repostado. El surtidor ha marcado 5 mil litros que ha tenido que abonar el patrón. A pachas, la marinería paga la carnada, unos mil euros cada vez que tiran los anzuelos. En el frigorífico caben 12 mil kilos de pescado aunque cada 6 mil volverán a puerto a descargar. No confían en ganar más de mil euros cada uno, lo mismo que hubiesen cobrado estando en el paro, pero ellos son pescadores y no quieren estar amarrados.