Desde 2011 se han destruido 42.500 empleos femeninos en el campo y el porcentaje sobre el total de ocupados en el sector ha descendido el 26% al 24%. “Las mujeres que viven y trabajan en el medio rural son las principales víctimas de los recortes en servicios e infraestructuras en los pueblos. Sin servicios asistenciales básicos, difícilmente se puede potenciar el empleo femenino en el sector agrario”, ha subrayado Inmaculada Idáñez, responsable del Área de la Mujer de COAG y Presidenta de CERES.
En este sentido, desde COAG y CERES se insta al futuro Gobierno que trabaje en distintos ámbitos para que se visibilice el importante papel de la mujer en el desarrollo de las zonas rurales. “Si la Administración mejora las posibilidades de acceso a la sanidad, la educación o atención a la dependencia de la mujer rural, las agricultoras y ganaderas contribuiremos a la creación de empleo, cuestión vital en nuestros pueblos ante la falta de alternativas laborales”, ha vaticinado Idáñez.
En el último año se ha aprobado un “Plan para la Promoción de las Mujeres del Medio Rural” que tiene 82 actuaciones destinadas a potenciar la participación de la mujer en órganos de decisión, incorporación al mercado laboral, impulso de estadísticas desagregadas por sexo, planes para las asociaciones, fomento del empleo y otros tantos aspectos como la alfabetización digital y la formación de agentes institucionales para prevenir y actuar contra la violencia de género en el medio rural. “Valoramos esta iniciativa pero criticamos la falta de interlocución con las organizaciones representativas de las mujeres del medio rural. Si se trata de optimizar recursos públicos, es vital contar con la opinión del colectivo al que van dirigidas las actuaciones para encajar las medidas con las verdaderas necesidades”, ha argumentado Idáñez.
Asimismo, COAG y CERES consideran lamentable la negativa de las Comunidades Autónomas a la hora de incorporar medidas de igualdad de género en el segundo pilar de la PAC sobre medidas de desarrollo rural. COAG y CERES participarán activamente en los comités de seguimiento de los PDR (Planes de Desarrollo Rural) planteando proyectos con perspectiva de género, donde la conciliación permita crear nuevos puestos de trabajo, en los que las mujeres no tengan que vivir en una eterna renuncia y elección entre vida personal y laboral.
Además, los incentivos laborales deben ir más allá de la actual rebaja del 30% de la seguridad social agraria para los primeros 5 años de cotización, si tienes menos de 50 años. Teniendo en cuenta que las mujeres de más de 50 años también se encuentran interesadas por emprender, es necesario abordar un nuevo planteamiento de la jubilación agraria para evitar que las mujeres rurales sigan percibiendo las pensiones más bajas del sistema.