Jerónimo Barranco ha perdido toda su producción por culpa de las últimas heladas, pese a todo asegura que seguirá trabajando e insta a los productores afectados por las malas condiciones climatológicas a presentar el informe pertinente para conseguir una rebaja fiscal.
Usted ha sido uno de los agricultores afectados por las bajas temperaturas de los últimos días. ¿Qué superficie ha sido la afectada?
A mí se me ha helado toda la finca. En total, casi 17.000 metros cuadrados, con unos calabacines que tenía a mitad de vida y unas berenjenas en las que me quedaba alrededor de un 25 por ciento de la producción todavía.¿Ha hecho una estimación económica de lo que suponen los daños producidos por las heladas?
Calculo que sobre los 20.000 ó los 25.000 euros al precio que está ahora mismo el producto.Las heladas han acabado con su cosecha, pero habrá presentado el informe de daños, por lo menos, para beneficiarse de una posible reducción fiscal…
Sí, por supuesto. Es fundamental presentar los informes porque así podremos intentar conseguir alguna rebaja fiscal. Dinero, realmente, no va a venir, pero la rebaja fiscal sí podremos conseguirla y, si no presentamos esos informes, ese daño no existe, por lo que si esos informes no se presentan en la Junta de Andalucía y en el Ayuntamiento no hay forma de decir cuánto daño hay realmente. Creo que es fundamental que la gente presente un informe que, además, es muy sencillo; tan sólo consiste en rellenar un formulario diciendo lo que tienes en tu explotación y los daños que has tenido. Luego lo presentas en la Junta de Andalucía y ya está.Y después de la helada, ¿qué va a hacer? ¿Seguirá plantando berenjenas?
En mi caso, iré a hablar con Cajamar (risas) y, si me da dinero, seguiré sembrando berenjena. Ésta es la vida del agricultor.En los últimos días, además de a las condiciones climatológicas, los agricultores almerienses tienen que enfrentarse a más problemas añadidos…
Pues sí. En mi caso, entre lo de la firma del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, la crisis de la E. coli, que a mí también me pilló de lleno y, de hecho, las primeras berenjenas las tuve que vender muy baratas por este tema, y ahora esto, ya no sé lo que vamos a hacer con este campo, la verdad.Se refería usted antes al acuerdo UE-Marruecos, ¿le parece que los agricultores son conscientes de lo perjudicial que puede ser este acuerdo para ellos? Porque parece que, aunque se habla mucho de este tratado, todavía no se es consciente de sus consecuencias negativas.
Yo creo que el agricultor, realmente, no sabe el problema que se le viene encima. Ellos creen que todo va a seguir igual, cuando no es así, porque, en el caso del pimiento, se queda libre y también la sandía, el melón, la judía, la naranja y, en el caso del tomate y del calabacín, se triplica el contingente. Yo creo que cuando la producción marroquí empiece a entrar de verdad no va a haber forma de pararla. Hasta hoy, cuando se pasaban del cupo, protestábamos, se paraban un poco y podíamos sobrevivir; pero ahora es que nunca llegarán a pasar del cupo porque muchos productos se quedan libres y otros se han triplicado, por lo que nunca llegarán al cupo. De verdad, creo que tenemos un problema muy serio y que el agricultor no se ha dado cuenta de la verdad.No obstante, el principal problema del campo almeriense son los precios.
Sí, sí. Los precios son el principal problema que tenemos los agricultores porque, si yo no vendo un producto, no soy rentable y tengo que cerrar mi explotación. Y de la forma que vamos, las campañas que llevamos arrastrando, donde sólo en momentos puntuales vale el producto, eso no nos sirve de nada. Nosotros queremos precios estables durante todo el año.En su opinión, ¿cómo se puede solucionar el problema de los precios?
Si yo tuviera la solución al problema…(risas) Primero, pudiendo regular el mercado; no queremos vender tan caro. Si nosotros pudiésemos vender berenjenas a 60 ó 65 céntimos todo el año, seríamos rentables. Todo el mundo ganaría dinero y el consumidor podría consumirlas. El problema es que como nos pagan unas berenjenas a 15 céntimos, las otras tenemos que intentar venderlas a 2 euros y luego resulta que el consumidor no puede consumirlas.Cambiando de tema, ¿cómo es el día a día de un agricultor?
El día a día es muy duro. Levantarse por la mañana, ir a trabajar sin saber cómo vamos a vender realmente, sin saber si nuestra finca va a ser rentable o no y un sufrimiento, sobre todo con el tiempo… Como ve, yo, por desgracia, me he encontrado lo peor a causa de las heladas. Para mí es un trabajo muy sufrido y yo para mi hija no lo quiero.