Adaptarnos a las nuevas normativas sanitarias y protocolos de prevención es una de las tareas que las empresas deben afrontar ahora que la situación empieza a normalizarse. Trabajar desde casa nos ha permitido mantener cierta tranquilidad en medio de la pandemia, pero gradualmente los trabajadores empiezan a volver a sus lugares de trabajo y resulta interesante conocer las medidas que algunas empresas tomarán para evitar nuevos brotes de infección.
Si bien tenemos que considerar diversos factores para la vuelta a la oficina, uno de los más importantes es contar con un buen seguro de salud para empresas, que cubra a nuestros empleados ante cualquier imprevisto y vele por la higiene y seguridad de nuestro entorno laboral.
Los autodiagnósticos diarios constituyen una parte crucial de esta nueva etapa ya que, ante la cantidad de empleados que forman parte de las empresas, la actuación individual es necesaria para que la situación de contagios se mantenga controlada. Cada individuo podrá determinar si se encuentra en las condiciones adecuadas para volver a la oficina, o si representa un posible riesgo para quienes trabajan junto a él.
Lo cierto es que existe una sensación palpable de inseguridad y desconfianza, y esto puede llegar a afectar de una u otra forma a la productividad en el trabajo. Los asuntos de nuestro día a día ya son suficientemente importantes como para tener que sumar a la ecuación las preocupaciones por los contagios. Por este motivo, la mayor responsabilidad recae sobre la empresa, que está en la obligación de proveer las mejores condiciones sanitarias y de seguridad para sus trabajadores.
Las tecnologías, así como los nuevos sistemas para crear un entorno laboral que no represente un riesgo para nuestra salud han mejorado enormemente a lo largo de los años, aumentando las posibilidades de recuperar una normalidad que quedó paralizada de repente meses atrás. Esta situación involucra tanto a los empleados como a los clientes, por lo que se busca la incorporación de tecnologías proactivas que garanticen la tranquilidad de todos.
Por otra parte, hemos oído hablar del pasaporte sanitario digital, un instrumento que emplea cada empresa para determinar qué empleados pueden ingresar a sus puestos de trabajo y cuáles no por motivos de seguridad. Esta credencial cuenta con un código formado por colores y, al trabajar directamente con el móvil, podemos recibir información inmediata acerca de los controles sanitarios.
Funciona de la siguiente manera: se incorporan tres colores en el pasaporte: verde, amarillo y rojo, que indican los tres estados de accesibilidad posibles. El verde garantiza el acceso sin problemas, el amarillo significa un posible riesgo de ser contagiado y el rojo limitará totalmente el acceso al trabajador.
El distanciamiento social continúa siendo una norma, y es el instrumento más valioso del que disponemos para evitar nuevos brotes de COVID-19. La tecnología puede hacer mucho por nosotros, pero si la combinamos con una buena conciencia sanitaria y un seguro de salud adecuado, hay grandes posibilidades de recuperar una rutina de vida normal de manera gradual.
