Unicaja Almería ya está de vuelta al trabajo, después de haber llegado en la madrugada del domingo al lunes procedente de Teruel y de haberse topado de bruces allí con el ‘Torico’. Llegó como se fue, con ninguna victoria, pero eso sí, agotando al máximo sus posibilidades de error. El margen ahora no existe, puesto que de pinchar en uno de los tres partidos que todavía podrían disputarse de la gran final, diría adiós al título y Caja 3 ensancharía su leyenda de bestia negra ahorradora.
Los vigentes campeones han golpeado muy duro a la moral los almerienses, que han rozado en triunfo en los cuatro primeros sets de la serie y en todos han terminado cayendo como más duele. Los dos últimos fueron los de toalla arrojada, vivido todo lo vivido. Y es que esta final se puede medir en mangas y no en partidos, ya que los dos disputados en tierras aragonesas han estado demasiado ligados el uno con el otro. Pero las sensaciones deben recuperarse y se puede hacer un ejercicio de reflexión sobre lo que ha faltado en Los Planos.
Ahora, refugiados en casa, se debe valorar lo cerca que se ha estado de dar la sorpresa y lo engañoso de los dos 3-0 que se han encajado. El juego de Unicaja puede con Teruel, y así hay que pelearlo hasta el final de la final. Éste puede llegar el mismo sábado, o quizá el domingo, pero ojalá que sea la siguiente semana y que los blanquiverdes se den otra paliza de autobús. No queda otra que buscar darle la vuelta a la situación para seguir contando con posibilidades de hacerse con el título liguero, y el secreto está en que los blanquiverdes son conscientes de que pueden ganarle al equipo que entrena Óscar Novillo y obtener la revancha, tal y como hicieron hace menos de dos semanas para ganarle a CMA de Soria cuando a priori también lo tenían todo en contra suya.
La plantilla ha conservado a pesar de todo la sensación de que al menos podían haber ganado uno de los dos encuentros disputados en Los Planos, especialmente el primero, en el que llegaron a disponer de cierta ventaja en los compases finales. “Fue un palo perder sobre todo el primer encuentro porque quizás lo tuvimos más en nuestras manos en los instantes finales”, ha reconocido el almeriense Víctor Viciana, que al tiempo ha señalado que “el equipo se quedó algo tocado”. Uno de los errores que se pudo cometer, tanto en el primer partido como en el primer set del segundo, que se fue al 30-28, pudo ser que se perdió la constancia para llegar a finalizar: “nos pudo pasar sin duda lo que nos ha ocurrido durante toda la temporada, que no mantuvimos el nivel al final de los sets”. La autocrítica del colocador blanquiverde es una buena primera piedra en la construcción del fortín del Moisés Ruiz: “fallando algo cada uno de nosotros suma muchos errores y hacen que acabemos perdiendo”.
La eliminatoria está difícil pero gestas más difíciles se han conseguido, y los ahorradores saben que pueden hacerlo: «por supuesto que podemos remontar la eliminatoria, ya lo hicimos ante Soria y creo que ante Teruel se puede volver a hacer, será más difícil pero se puede”. El camino para que la final pueda volver a estar empatada es solo uno y el jugador de Unicaja Almería lo tiene claro, pues dependen de ellos mismos: “tenemos que mantener nuestro nivel normal de juego; si hacemos esto se les puede ganar ya que en esas condiciones somos iguales o mejores que ellos”. Sus palabras giran en torno al primer duelo de la eliminatoria, en el que los ahorradores estuvieron por delante durante todo el encuentro y con ventajas incluso de cinco puntos, aunque finalmente no supieron aprovecharlas.
No bajar los brazos es obligado, pero al mismo tiempo se hace más fácil de conseguir si la afición hace su función en el Moisés Ruiz. El colocador sabe que en determinados momentos de los partidos su actuación puede decantar la balanza de su lado: “el apoyo de la afición va a ser fundamental, como se pudo demostrar en Los Planos, donde el campo estaba a rebosar y nos influyó”. Su deseo es el de que “aquí la situación cambie y sean ellos los que sientan la presión de jugar fuera”. Pero es algo a tener en cuenta que la marea naranja es viajera, y que se espera, como ha sido normal en las últimas temporadas, que varios autobuses vengan desde Teruel para ver a su equipo en lo que podría ser la consecución de su cuarta liga. La respuesta almeriense tiene que acorde para no empezar a perder ya en la grada y que los colores del Moisés sean el blanco y el verde. Al igual que ha ocurrido en otras ocasiones, los abonados a la UD Almería sólo tendrán que pagar un euro para ver el partido, y los peñistas rojiblancos pueden entrar gratis si enseñan un ‘vale’ que se le ha mandado a la Federación de Peñas para que lo distribuya.