Cinco minutos le han bastado al Almería para poner de cara su pase a octavos de final de la Copa del Rey, o eso parecía. En ese intervalo de tiempo Mané enganchó un disparo desde fuera del área tras un córner para abrir el marcador y dos minutos después, tras una contra perfecta, Teerasil definió con temple para hacer el segundo y convertirse en el primer jugador de la historia de Tailandia en marcar en el fútbol español. No había dado tiempo a acomodarse en el asiento y dos goles visitantes.
Con todo a favor, el conjunto de Francisco comenzó a dominar ante la escasa presión verdiblanca. El Betis no está para copas y menos con una presión exagerada para lograr el único objetivo de la temporada, ascender a primera. Nervios en la grada y en el campo para los de casa. Los pitos ya sonaban entre el escaso público que se dio cita en el Villamarín cuando llegó el tercero. Quique González remató solo de cabeza y confirmó que sobre el campo había un equipo de primera con unos suplentes dispuestos a demostrar al míster que están preparados para cuando sea necesario.
La segunda parte empezó con otra dinámica. El Betis metió intensidad y encerró en el área al Almería. Sin duda, la entrada en el partido que hubiesen deseado los locales en la primera parte. Cuando mejor estaban los de Merino, Wellington Silva, en el primer balón que tocaba tras sustituir al debutante Iván Sánchez, galopó como acostumbra y puso un fantástico centro para que Edgar rematase de cabeza a placer. Aunque parezca mentira el Almería ha lucido pegada, lo que más se echa en falta en Liga. El problema es que también ha mostrado fragilidad en la zaga.
Cuando parecía que entrábamos en minutos de relleno, el espíritu de la Copa invadió el Villamarín. Saltaron al campo Dani Romera y José Ángel, al primero le anularon un gol por fuera de juego que debió subir al marcador. Rubén Castro, el mejor jugador del Betis, entró y marcó (convirtiéndose en el máximo goleador de la historia del club), igual que Perquis a la salida de un córner. Con el partido completamente loco, los locales se volcaron sin nada que perder en el área de un dubitativo Julián. Y llegó el tercero materializado por Jorge Molina. Todavía hubo tiempo para que Quique rozase el quinto.
Con la eliminatoria encarrilada y una sensación agridulce tras dejar escapar un 0-4, toca pensar en el Eibar.