Con cara de pocos amigos uno y relajado el otro, y no hace falta hacer un gran ejercicio de inteligencia para saber a quien correspondía cada una. Lucas Alcaraz volvió al Mediterráneo para salir escaldado a bordo de un equipo que no fue ni su sombra, y así lo reconoció, a pesar de que no quiso poner calificativos y se limitó a asumir que los locales habían sido mejores. En esa línea, pero defendiendo que el baño se produjo porque el Almería lo hizo bien y no por deméritos del Granada, habló Francisco, que además destacó al bloque. No en vano, el partido mejor cuajado y el de más amplio resultado se acababa de producir sin Rodri ni Suso, ambos por motivos distintos.
En sus intervenciones hubo momento para el futuro cercano, en el caso de Alcaraz por verse obligado a ello, a dar un paso al frente y dejar atrás la pésima imagen ofrecida ante la UDA, y en el de Francisco por deseos de seguir en la clara progresión que su equipo está completando, en una racha que ya se extiende a cinco partidos sin perder y que buscará extender con la ayuda de todos, los que están, que son los que tienen que lograr el objetivo de la permanencia. Una vez cerrado el turno de preguntas, y por iniciativa propia, el míster almeriense no quiso marcharse sin dedicar, por primera vez en su carrera, el triunfo conseguido a Paquito, solidarizándose con su familia y arrancando un aplauso espontáneo entre la prensa.