El último entrenamiento dirigido por el técnico granadino, el pasado martes, ya dejaba entrever algunas modificaciones en el once que tenía previsto poner en liza en tierras oscenses. Además de los cambios obligados por la lesión de Soriano y la sanción de Corona, ambos piezas fundamentales en lo que había venido siendo su organigrama de juego, tenía preocupación por fortalecer las bandas, sobre todo la derecha, y así se vio en el partidillo condicionado qcer la sesión preparatoria.
Michel Macedo se enfundó el peto naranja de los titulares en un equipo al que sólo le faltaban los delanteros, sobre los que no cabía ninguna duda y a los que puso a jugar contra su nueva defensa de inicio. El brasileño ocupó el lateral derecho, del que nadie lo movía al principio de temporada y del que fue desalojado por Rafita hace ya bastantes jornadas, y junto a él lo de siempre, con Carlos García, Santiago Acasiete y Michael Jakobsen. Por delante el doble pivote lo ocuparon Bernardello y Verza, y las bandas por arriba fueron para el ‘fijo’ Aleix Vidal por la zurda y para el polivalente Juanma Ortiz por la diestra. A estos jugadores habría que sumar, como ya se ha comentado, la labor de Goitom en la mediapunta y la contundencia de Ulloa en la delantera.
Esteban podría respetar esos posibles cambios del granadino si se deja aconsejar por la parte del equipo de Lucas que continua trabajando. Por lo pronto lo que se conoce es su primera convocatoria, en la que ha respetado a los 16 futbolistas profesionales de los que dispone y ha añadido a Alberto para el centro del campo y a Jonathan para reforzar el ataque. Y es que la parte ancha del terreno de juego es la que sufre las dos bajas de la plantilla profesional y la delantera se queda sin reservas al pasar el sueco a las labores de enganche.
Esto no es ni más ni menos que lo mismo que hacía Alcaraz, consistente en que el filial, como bien decía, «es una extensión del primer equipo». De este modo, la parte del campo a reforzar es la que se nutre del Segunda B, aunque es necesario buscar un equilibrio para no interferir en que los de Francisco conserven la categoría, cosa que está prácticamente conseguida. En todo caso, Esteban sabe a lo que viene y con lo que se encuentra.