Que se corre menos que el rival, que el Sevilla marca los goles y hace las faltas, y que si las cosas no cambian el camino es el descenso, es lo que ha venido a decir el máximo mandatario y propietario del Almería una vez finalizado el encuentro ante los hispalenses. No ha visto la intensidad oportuna y necesaria en sus hombres, que cuando han vencido lo han hecho poniendo un coraje que ahora ha desaparecido, y mucho se teme que el final no sea bueno, ni mucho menos. Habla de las finales en casa, sin querer ni siquiera pensar en los partidos lejos del Mediterráneo porque la clave estaba en el propio feudo, pero no ve actitud, y con ello, no ve vida.
Ha tenido también para el público que ha abandonado el Mediterráneo antes de tiempo, concretamente tras el tercer gol sevillista, dejando las gradas medio vacías. Considera que hay que estar hasta el final y después dar un veredicto, que sin duda en el día de autos no puede ser otra cosa que una sonora pitada al equipo porque no ha hecho nada. En cuanto a Unai Emery, un técnico que se hizo grande en la UDA y que después siempre ha ganado a los rojiblancos excepto un empate, ha venido a considerar que parece que está muy motivado siempre que se enfrenta al Almería, algo que no es correspondido con la misma moneda por parte de su entidad.