Está de vacaciones aprovechando que no tiene equipo por ahora. Su último destino fue el reino nipón, del que habla maravillas en cuanto al talento de los jugadores que empiezan a salir y a los que les falta que saquen el gen competitivo. El serbio Ranko Popovic, que jugó en el Almería CF dos temporadas, llegó a esta provincia hace casi dos décadas, mucho tiempo pero al mismo tiempo muy poco por lo fresco de sus recuerdos. La muestra de que fue feliz aquí en aquella época, 1995/96 y 1996/97, es que repite cuando puede y que sigue el paso del equipo rojiblanco desde la distancia. Ejerce como un almeriense más, destilando buen rollo, simpatía y agradecimiento a esta tierra a la que se siente ligado.
El Cerezo Osaka fue su equipo en Japón, dirigiendo a Forlán como técnico de prestigio, ganada esa consideración a fuerza de trabajo durante seis años seguidos. Su demarcación, para los más jóvenes seguidores de la UDA que posiblemente no lo vieron en acción, era la de central, y a pesar de no comenzar como titular acabó jugando y se ganó el cariño de una afición a la que ensalza y de la que dice que sabe mucho de fútbol. Hacía cuatro años desde su última visita, y se lamenta de que se hayan perdido las relaciones entre los integrantes de aquella plantilla de la que ha repasado un buen número de nombres de memoria. A su entender, el Almería ha crecido y se ha estabilizado, y valora el trabajo de Francisco como muy bueno.