Rafita ha comenzado la semana muy bien y es posible que a la vuelta del día de descanso, o sea, el miércoles, ya tenga el alta médica. Sus sensaciones son buenas, y el ritmo con el que se ha ejercitado se ha incrementado poco a poco, día a día, desde que se lesionó. Tiene las piernas cargadas por el esfuerzo extra en la recuperación, pero está deseando volver porque sabe que todos son necesarios siempre, pero ahora más que nunca.
Se sabía que con dos derrotas seguidas los rivales se echarían encima, pero hay que tomárselo como doce finales y saber que el choque del domingo será muy complicado. En todo caso, la derrota de Córdoba no le parece del todo justa, o por lo menos ajustada a lo visto en el campo, ya que se tuvo el 1-2 pero llegó acto seguido el 2-1. Su análisis es el de haber muerto al contragolpe, con el añadido de un golazo que es muy complicado que vuelva a repetirse.
La vida continúa, y la liga no va a cesar. Hay motivo para no estar contento, porque el equipo es consciente de que se está en una racha negativa, pero se sabe que los esfuerzos deben ser más a partir de ahora. En todas las fases similares que el equipo ha pasado de esta guisa después se ha rehecho y habrían firmado en esos momentos delicados estar como se encuentran ahora, con esa cantidad de puntos y en esa situación.