Era el año 2007 cuando un extraño fenómeno se repitió en varias ocasiones en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. En los albores de aquel verano la hinchada rojiblanca respondió a un estímulo basado en 27 años de ausencia de la élite del fútbol español. Así, varios fueron los partidos jugados por el Almería de Emery en los que el primer gol lo metió la grada, totalmente copada por ilusiones individuales unidas al sueño de volver a Primera. No fue un lleno, fueron varios, todos ellos señalando el camino.
A día de hoy está claro que el estímulo no es el mismo, pero tiene como sustituto otro no menos bueno. El peso de los muchos años es ahora el peso de regresar en una sola temporada, el haber estado con los mejores, bailando al Real Madrid en alguna ocasión, rozando el triunfo ante el Barcelona, doblegando a todos los demás ‘grandes’ de España, y todo eso hace sólo 27 partido. El Santiago Bernabéu despidió 4 temporadas de las que realmente una nada más, la última, fue de sufrimiento. Y con el Almería bajó el Dépor, y 25.000 coruñeses pensaron que se habían equivocado y que debían rectificar. Esos son los socios que rodean a Lendoiro. Mejor no comentamos, no por malos sino por pocos, los que rodean a Alfonso García.
«Es bonito ver el campo así, la unión que había entre la afición, la ciudad y el equipo creo que fue bonito para todos y vamos a intentar apretar al máximo para que se den lo condicionantes parecidos para que pueda ocurrir algo similar». Son las palabras de un protagonista en aquel 2007, Fernando Soriano, quien no pierde la perspectiva y que sabe de lo complicado de la misión: «nosotros tenemos que seguir la línea que llevamos, pensando en el domingo siguiente y no pensando en un futuro que ojalá sea bueno, pero que ahora mismo nos debe de preocupar poco».
También se ha referido a la asistencia de público otro futbolista de aquel ascenso como es Carlos García, que se ha mostrado fiel a los fieles: «cuanta más gente venga mejor, pero yo siempre he dicho que se haga lo que se haga para atraer público es bueno, eso sí, respetando muy mucho a esos 6.000 abonados que en su día apostaron de cero por el Almería sin saber si iba a estar el primero o el último». Ha respaldado el catalán, por tanto, las medidas ideadas por el club para atraer espectadores, y ha resaltado la confianza que la afición ya tiene en el trabajo del equipo, poniendo como ejemplo el último partido en casa: «cuando el Murcia mete el 0 a 1, yo creo que ha sido de los momentos de máxima conexión del público con nosotros, yo lo noté desde el campo, no hubo nerviosismo y eso quiere decir que la gente está contenta con lo que sus jugadores están haciendo».
Por último en cuanto a los ‘veteranos’, también ha hablado al respecto Corona, presente en los partidos del ascenso anterior y que además tuvo la suerte de marcar el gol que despejaba definitivamente el horizonte de Primera para el Almería: «la semana pasada el Celta hizo algo similar y los jugadores nos comentaban que estaban acostumbrados a jugar ante 6.000 personas y de repente el domingo hubo 16.000; es algo que notaron ellos y en el momento en el que nosotros bajamos un poquillo les ayudó mucho el aliento de su afición y fueron capaces de darle la vuelta a un partido que tenían muy complicado». Ha finalizado el 15 del Almería con un meridiano «ojalá que nuestra afición nos lleve a la victoria».