Unicaja Almería viaja hacia Soria por carretera en busca de ‘su’ final, la que tiene a falta de un único partido después de todo lo vivido durante esta temporada y la que sería el justo premio al inmenso trabajo realizado en el último mes, en el que el equipo a vuelto a creer en sus posibilidades. Sabe que para alcanzar ese último escalón antes del título de campeón, que se resiste desde el 2005, debe jugar otra final, que es la de mañana desde las 18:00 en Los Pajaritos, pero cuenta con el mismo técnico pegado a la banda que en aquel momento.
Piero Molducci, una vez desarrollados varios aspectos técnicos y tácticos, sabe que ahora tiene que manejar también los posibles nervios de sus hombres, muchos de los cuales sin ninguna experiencia en citas de tan alto nivel, o lo que es parecido, el miedo a ganar. El italiano a dado fluidez normal al trabajo de diario: «el entrenamiento siempre es bueno, no hay problema”. Se ha referido con ello a la intensidad, pero sí ha habido un contratiempo: “lo que sí ha alterado un poco los planes ha sido Gustavo Delgado, que tiene molestias, por lo que el entrenamiento es algo diferente al tener solo tres receptores y algunos jugadores han tenido que cambiar su posición”.
Pero esto, a pesar de ser un inconveniente de última hora, no debe afectar los planes blanquiverdes, que tienen que salir a la cancha rival con un nivel bastante alto: “si estamos al ocho u ocho y medio se gana fijo el partido”. Eso ya lo afirmó en el postpartido que se ganó en el Moisés Ruiz, como también que “si jugamos al siete o siete y medio siempre será más difícil y dependerá de otros factores porque ellos son un equipo fuerte y nosotros lo somos un poco menos, pero cuando jugamos bien somos más fuertes que ellos, las carencias se suplen y lo importante es que haya continuidad y no tengamos altibajos”.
La clave de la eliminatoria no varía con el paso de las semanas, en la que siempre Molducci ha insistido y que cree que para el sábado deberá seguir siendo igual: «la llave sigue siendo la misma, jugar en los partidos como en los entrenamientos, cambia poco; lo importante es que juguemos bien para ser mejor que ellos y así ganaremos, si no eres mejor, no”. Parece sencillo pero no siempre se ve así, sobre todo con tanta igualdad entre los dos equipos como la vista en los cuatro partidos anteriores: “esperaba una eliminatoria igualada porque Soria es un equipo muy compacto con una defensa buenísima y más aspectos fuertes”. Lo significativo es que lo que ha cambiado es precisamente su equipo: “nosotros hasta ahora siempre estamos mejorando, y no sabemos si nuestra mayor mejoría se dará ahora o en otro momento”.
Y es que el juego ahorrador ha ido mostrando diferentes caras durante la serie, en la que ha tenido picos en los que Soria le ha podido hacer mucho daño y otros en los que se ha visto a un Unicaja capaz de ganarle a cualquiera y en cualquier ambiente, a lo que precisamente resta importancia el transalpino: «el ambiente no cuenta nada en este partido; muchas veces el ambiente a favor puede jugar en tu contra porque te tienes que poner unas expectativas mayores ya que juegas ante tu afición”. Lo que sí contará, y mucho para este quinto encuentro, será precisamente el nivel de concentración y estado en el que se salga a la pista de juego, pero como avisa Molducci, no a cualquier precio: “la motivación cuando uno juega el quinto partido es siempre la máxima, pero lo importante es que esta motivación sea positiva, que es la que puede dar resultados, y no negativa, que esta puede jugar en contra”.