A Corona y Suso solo les separan unos pocos metros dentro del terreno de juego, porque lo que es la ambición la tienen exactamente igual. Fue realmente significativo el semblante con el que salieron del vestuario del Pinatar Arena tras caer ante el conjunto pucelano, sabiendo y reconociendo además que el Almería de la segunda parte, en el que ellos no participaron, fue mejor que el de la primera. No tuvo nada que ver con nombres en individual, sino en compactación de los efectivos, y ambos compartieron equipo en el inicio del choque junto a casi todas las demás caras nuevas.
Al capitán le pareció un ensayo positivo del que extraer conclusiones y con el que avanzar en la preparación, y sin dejar de reconocer los errores que se cometieron hay que recordar que el Valladolid cogió a la UDA en dos momentos en los que se empezaba a carburar un poco mejor. El hecho de los diez días más de entrenamiento del rival igualmente influyó, algo compartido también en las valoraciones de un Suso serio por haber perdido pero convencido de las posibilidades del equipo y las suyas personales. Quiso balón, asumió responsabilidades y lanzó un par de faltas que llevaron peligro a la meta vallisoletana, una centrando y otra de golpe franco.
Suso