Es muy fácil caer en la tentación de desconectarse cuando uno tiene tan pocas oportunidades como Ortiz Bernal esta temporada. Lo normal habría sido que se hubiese dejado ir, desmoralizado por todas las veces que ha calentado sin saltar al campo, cuando se ha elegido a otro compañero para jugar, cuando hasta se ha quedado fuera de la convocatoria en favor de hombres del filial. Pero el Gran Capitán no es un tipo normal, sino extraordinario. Su esfuerzo todos estos días atrás ha visto la luz cuando le ha llegado la oportunidad, más por necesidad del equipo que por decisión técnica. Ante el Alcorcón incluso fue titular, y el que estaba para jugar diez minutos estuvo más de 80 en el campo y se dio un carrerón ganando a los defensas en el minuto 75 para asistir en el primer gol almeriense.
En zona mixta, con la misma cara de siempre y restando importancia a su papel, se mostró contento, eso sí, pero por lo que suponía la victoria ante un rival «bien armado que no ha querido arriesgar, que ha encarado el partido con paciencia, balones largos, intentando aprovechar la velocidad por bandas, un partido difícil». Era además un día señalado, por aquello del histórico ascenso en el que él tuvo mucho que ver: «nos ha traído esa suerte». Fue determinante en el primer gol rojiblanco que abría la lata amarilla, reconociendo las entrañas de la jugada sin tapujos: «hablando con Leo me decía que en la derecha estaba él solo, pero si te digo la verdad ni le he visto; cuando he cogido el balón he encarado al defensa y con el rabillo del ojo he visto que Jonathan estaba arrancando con velocidad y se la he puesto por delante; pensaba que no iba a llegar porque el pase diagonal ha sido demasiado profundo, pero con la velocidad que ha tenido, ha tenido acierto cara el gol y me alegro por él porque también ha sido bonito con esos dos goles que nos ha dado la vida».
La ovación fue tremenda de nuevo para él, pero distinta por producirse al salir del rectángulo de juego y no al entrar como recambio, pero Ortiz Bernal sigue a lo suyo, que es lo del equipo: «esto no acaba aquí, sino que el siguiente está a la vuelta de la esquina, contra el Numancia, y tenemos que entregarlo todo y seguir peleando, esperar resultados y por lo menos que no sea por nosotros». Al ser titular actuó como capitán, y empezó a jugar incluso antes del pitido inicial al elegir tener el poniente a favor y cambiar la portería de ataque rojiblanco del primer tiempo: «siempre pregunto a Esteban y siempre decide dónde quiere jugar por cosas del sol y del viento; me ha dicho Esteban que empezáramos en ese campo; hemos empezado ganando».
En el apartado físico demostró encontrarse como siempre ha asegurado estar, «muy bien», y su resistencia dio para todo el partido copleto: «ya lo habéis visto, no tengo que decir nada; me dedico a entrenar y, como he dicho siempre, me encuentro bien, el entrenador es el que decide y ya el resto estáis para valorarlo todo». Ante el Numancia no se sabe cómo irá el equipo respecto a las bajas, pero para Ortiz será, juegue o no de inicio o participe o no en algún tramo del choque, «otro partido importante y donde se tiene que notar quién se está jugando los puntos; nosotros, con esas ganas y ese ímpetu, tenemos que ir a por todos y anularlos».