Lo que parecía ya algo definitivo ha dejado de serlo en las pasadas horas y el Consejo de Administración de la UDA ha echado marcha atrás con el proyecto de mover el césped hacia la tribuna y rodearlo de gradas supletorias. Se trata de una decisión tomada hace ya varios días, coincidiendo con la cena que mantuvieron los miembros de la directiva rojiblanca y en la que se homenajeó a Alfonso García. Sin embargo, ha sido hoy cuando se ha dado a conocer oficialmente por parte de la entidad almeriense, dos días antes de que supuestamente hicieran acto de aparición las palas en el interior del estadio para comenzar las obras.
Que la necesidad de aproximar las gradas al césped está ahí es algo bien sabido y compartido, pero las causas esgrimidas por la UD Almería para limitarse exclusivamente a los fondos pasan principalmente por la premura de tiempo y la cercanía del comienzo de la liga, previsto para el fin de semana del 18 y 19 de agosto. Una reunión mantenida con los técnicos encargos de llevar a cabo la remodelación del Estadio tuvo como conclusión que no se garantizaba que los trabajos pudieran estar terminados para esa fecha. Así, a última hora de la tarde del viernes Juan José Bonillo, consejero delegado de la Unión, le comunicó a Juan José Alonso, concejal de Deportes, la decisión adoptada.
Según el club, la Liga de Fútbol Profesional no ha podido asegurar que el Almería juegue el primer partido fuera, por lo que no se asegura ganar una semana más para la finalización de los trabajos. Esto ya ha hecho huir del todo de los riesgos y a simplificar la actuación, consistente ahora en acercar a los más alejados, que son los aficionados de los fondos. Y es que el desplazar el terreno de juego hacia tribuna conllevaba cambiar el sistema de drenaje y de riego en el campo, poner un césped nuevo en una zona del mismo y darle tiempo a que se asentara. A eso había que añadir la obligación de modificar la orientación de los focos de las cuatro torres del Mediterráneo.
Al final la preferencia, la tribuna y el campo se quedarán como en la actualidad y los trabajos a realizar serán desmontar las gradas supletorias del recinto y colocarlas justo detrás de las dos porterías. Con esto, el aforo será algo mayor y se situará en torno a los 12.000 espectadores. Eso sí, queda la reserva de «desarrollar su proyecto inicial para la temporada 2013-2014, aunque para ello habrá que ver dónde está el equipo». Esto sucede una vez que la UD Almería distribuyó un fotomontaje en el que se mostraba cómo quedaría el interior del Estadio de los Juegos Mediterráneos realizada la obra completa, consistente principalmente en desplazar el terreno de juego hacia la tribuna.
Esta actuación tendría un coste aproximado de un millón de euros, soportado por las arcas rojiblancas, para la que ya se contaba con los permisos oportunos del Ayuntamiento, quedando en abstracto el papel del Consejo Superior de Deportes. No cabía otra para el equipo de gobierno capitalino después de que el alcalde hablara dando el ‘ok’ en el periódico gratuito que el club reparte en cada partido, en este caso justo antes del choque ante el Alcorcón. Pero también había que contar con la afición, y en ese sentido, una vez producidas reacciones en positivo en las redes sociales las negativas han llegado vía e-mail al club provenientes de los abonados de preferencia.
Estar más encima de las jugadas y hacerse notar con mayor influencia en el ánimo a los propios jugadores y en la presión a los contrarios y a los colegiados es algo que desean todos los hinchas, pero doce filas como altura máxima de las supletorias en esa zona no serían lo mismo que las posiciones en la estructura de hormigón actual. Eso sí, lo que es inevitable es perder las curvas del óvalo, lo que podría afecta a la más animosa de las peñas rojiblancas, como es la Grada Joven. Habrá que ver si se cierra del todo es espacio del fondo y hasta qué sectores afectará la nueva ubicación de las gradas rojas actualmente montadas en el anillo superior.