Piero Molducci venía procedente de Forlí cuando llegó a Unicaja hace un mes para intentar revivir el milagro de la última Superliga ahorradora allá por el año mágico de 2005. En el club italiano había permanecido varias temporadas, y su relación con los integrantes del mismo es muy estrecha, como lo era, y hay que hablar en pasado, con Vigo Bovolenta, el jugador que se disponía a realizar un saque cuando pidió ayuda a sus compañeros para que lo cogieran porque se iba a caer al suelo mareado. La mano al pecho, el desplome y la muerte súbita que no sólo afecta a los futbolistas.
Era sábado por la tarde, como el partido decisivo de Unicaja ante CMA Soria, y Piero lo supo, se lo tragó y lo colocó junto al sentimiento de desgarro por otra muerte más, la de su estrecho colaborador durante tantos años, Roberto Rondoni, en este caso por larga enfermedad. Sus paseos por la línea del banquillo, incesantes, podrían pensarse como fruto de los nervios por esos luctuosos acontecimientos, pero Molducci siempre vive los choques así, como queriendo saltar él, nunca mejor dicho, a la cancha de juego.
Sobre la pista sucedió que su Unicaja, más fuerte mentalmente hablando, se repuso del duro golpe de perder el partido del viernes dejando la remontada que había emprendido incompleta a las puertas del triunfo. En ese nueva ocasión el tie break se jugó mejor, y los blanquiverdes siguen vivos. Se ganaron una nueva oportunidad, pero esa será en Soria, algo a lo que el técnico italiano resta importancia: «dentro o fuera, eso da igual, si no, mira mi tarjeta -la que le mostraron en el encuentro del viernes-«.
No sólo el equipo ha ganado confianza en si mismo, sino que también el propio entrenador muestra signos de satisfacción cuando habla de sus jugadores y del trabajo que están interiorizando: «yo sólo tres semanas estoy aquí, entonces pienso que en ese tiempo el equipo ha mejorado mucho, y que ahora tiene un nivel de juego bueno, antes tenía un buen nivel y un nivel bajo, entonces ahora es mejor». Y para que esto tenga un buen sostén, nada mejor que los resultados ante el segundo de la liga: «ganamos dos partidos con Soria, que ninguno pensaba en ganar dos partidos con Soria; todo el mundo pensaba que Soria ganaría tres a cero; además, último partido Soria tiene la presión más que nosotros, porque es segundo y nosotros terceros, entonces…; ahora tenemos una actitud mejor, un juego mejor, una defensa mejor, un bloqueo bien; en tres semanas un poco más cada día, pero no son tres meses, son tres semanas».
En esa mejora ha tenido mucho que ver la mentalidad, «es la cosa más importante, en este juego los errores son fatales, sin errores, buen bloqueo, buena defensa, una buena cobertura, esto es la cosa más importante, no es importante atacar un balón a tres metros y uno fuera; yo siempre digo que un punto es un punto, lo imporante es que los errores no hay, eso es la cosa más importante». Contento con los dos partidos, reconoció que el del triunfo fue mejor que el de la derrota: «Ibán Pérez, el opuesto, que hoy ha ayudado muy bien, el equipo bien en bloqueo, bien en saque, ¡bien!; ahora yo soy feliz porque el equipo antes era cinco y ahora siete o siete y medio, y para ganar a Soria, ocho u ocho y medio su juego».
Por último, sabiendo que maneja material muy voluble, hablando de sus jugadores y de la juventud que atesoran, destacó que hasta ahora no habían jugado demasiado, «Borja ha jugado poquísimo», pero ya sí cuentan y se ha compactado un buen conjunto, con sentido de equipo: «porque hoy Jeff en banquillo y en campo Mario, esto es un equipo, el equipo es importante, que un jugador que va al campo juegue por el equipo no por no él; esto es la cosa más importante».