Los días de partido la estrella es… Pepe Rivas

Cuando el árbitro sopla su silbato y ordena que arranque el choque, hay quien lleva ya mucho tiempo trabajando a destajo. Llega cuatro horas antes del inicio del encuentro para poner las instalaciones en funcionamiento y se marcha aproximadamente tres horas después, aunque eso nunca se sabe a ciencia cierta. Lo que siempre se cumple es su particular protocolo de acciones a realizar para que, como él dice, «todo esto funcione». Primero comprueba que las puertas de emergencia están preparadas «para que en un momento dado se pueda evacuar a la gente», y después está a cargo del sistema eléctrico, del agua… «cualquier incidencia que pueda pasar hay que solucionarla o intentar solucionarla».

José Rivas Montero es conserje del Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Almería, ya que el Estadio de los Juegos Mediterráneos es una instalación municipal, y lleva sosteniendo la responsabilidad ‘logística’ los días de partido desde hace ya seis años, con el Almería primero en segunda, después en primera, ahora de nuevo en segunda «y el año que viene otra vez en primera», se aventura a pronosticar poniendo al descubierto su corazón rojiblanco.

Y es que no solamente el fútbol es parte de su trabajo, sino una gran pasión que le lleva a viajar con la UDA por toda España como integrante de la Peña Milhojas. Eso no significa que se deje llevar por las emociones cuando está trabajando, porque es ante todo un gran profesional y sabe perfectamente que tiene que mantenerse en su sitio. De hecho, ni con los peores arbitrajes sufridos por el equipo ha perdido la compostura: » los árbitros tienen su misión y lógicamente se equivocan como todo el mundo, entonces hay que aceptar sus errores, eso es así».

Tampoco su profesionalidad se ha vencido ante la cercanía de las superestrellas de primera, con las que directamente no tiene anécdotas porque procura «mantenerse al margen», hacer su trabajo y «las figuras en su sitio y yo en el mío». Y su sitio es cualquier rincón del estadio, que se conoce como la palma de su mano. Tiene mucho mérito que en una instalación de esas dimensiones nadie note nada cuando accede a ellas, que todo esté en su lugar y a punto, que todo fluya con total normalidad.

Eso se consigue con mucha dedicación y siendo el primero en llegar y el último en irse, y no fallando nunca: «he venido malo y vendré malo, no hay problema». A pesar de ello no se piensa imprescindible, porque «hay compañeros que lo pueden hacer en un momento dado, pero en principio lo hago yo». Haya ganado o no su Almería, su talante ante el trabajo siempre es el mismo, el mejor, y con alegría o tristeza cumple su protocolo de cierre, y asegura que «hasta que no sale el último por la puerta, llámese televisión o lo que sea, me tengo que quedar aquí». Todo el mundo tiene que estar fuera para cuando él salga y todos los detalles a su espalda quedan rematados.

Este es José Rivas, Pepe para su gente cercana, que es mucha, un hombre amante del deporte y cuya principal pasión no es el fútbol, aunque lo parezca, sino los toros. Sin ser extraño que reciba  alguna visita de cortesía al estadio por parte del maestro Ruiz Manuel cualquier día de la semana, su principal vinculación con ese mundo la tiene también en el trabajo, el que desempeña en la puerta de toriles, junto al torilero, desde hace 15 años. Manzanares es su figura actual, y las históricas Diego Puertas y Santiago Martín ‘El Viti’, el matador de Vitigudino, de la taurina tierra de Salamanca.

Ya saben. Cuando vayan al estadio piensen que por cualquier puerta puede aparecer Pepe comprobando que todo funcione una de las 1.500 veces que lo hace cada día. Es ese currante meticuloso de la barba y las gafas. Todo un maestro también.