Sin duda, ha sido uno de los jugadores menos mediáticos de cuantos han pasado en los últimos tiempos por el Almería, y seguramente no habrá sido toda su culpa. La barrera del idioma era importante al principio, pero es un tipo inteligente y se manejaba lo suficientemente bien es español como para que diera mensajes claros en torno al juego del equipo y del suyo propio. En el vestuario, trato normal, poco problemático y sobre todo, sombra de Goitom, su inseparable, quizá por el origen nórdico de ambos.
Michael Jakobsen se va, y lo hace cuando se había ganado el respeto que tras su llegada no se le había tenido por parte de la grada. Central zurdo, podía actuar, y lo hizo en muchísimas ocasiones, como lateral por esa misma banda, lo que fue su condena en la temporada del Primera. Clase en el toque, calidad en el golpeo, soltura de cabeza… no todo lo ha podido desarrollar en un país tan sensiblemente diferente al suyo incluso en los valores que se desarrollan en torno al mismo juego.
El Almería estaba casi hundido, y en un partido en Mallorca Jakobsen paró con el balón en los pies porque un rival estaba tendido en el suelo. Su error fue no echarlo fuera del campo, pero también pensar que la deportividad que él estaba demostrando también la tenía Joao Tomás, todo un pillo que se aprovechó de la ‘candidez’ del danés para llevarse la pelota y ponerla en boca de gol. Lo peor fue que el esférico entró y que la UDA no pudo levantar cabeza después. Eso resume gran parte de la estancia de Jako en Almería.
En segunda demostró mucho, incluido compromiso, y era el último en las quinielas de centrales para salir del equipo hasta hace unos días. Él aseguró en la vuelta al trabajo que estaba contento aquí y que a su familia le gustaba la ciudad y el clima, pero los acontecimientos han evolucionado en otro sentido y el mismo club reconocía ayer que no había entrenado porque «podría salir del equipo». De hecho, Michael fue únicamente a despedirse de sus compañeros y más tarde regresó a las oficinas de la entidad rojiblanca para finiquitar.
Con algún fleco por cortar todavía, la operación transita con el danés en su país pasando reconocimiento médico con el equipo de su capital. El FC Copenhague será a buen seguro su destino tras haber estado en la UDA, a la que llegó procedente del Aalborg también de su país, y en el que recaló habiendo estado previamente en el PSV Eindhoven holandés. Llegó el último año de Primera y traía cinco firmados, de los que ha cumplido dos y le restan tres, pero eso ya será historia en las próximas horas.
54 partidos de Liga, 16 en la Liga BBVA y 38 en la Liga Adelante, demuestran el sentido ascendente de su adaptación y que se encuentra mucho más cómodo como central que como lateral. Se ganó la confianza tanto del ‘Boquerón’ Esteban al final como de Lucas Alcaraz al principio, y tuvo como gran defensor antes a Lillo, que insistía en que el danés tenía calidad suficiente. La grada le apretó de lo lindo, pero luego se rindió ante lo que caía por su propio peso, como es el hecho de que fue el tercer jugador más utilizado la pasada campaña únicamente por detrás de Esteban y Aleix Vidal.
