A simple vista lo que más destaca de él es su altura, que hecha envergadura supone un seguro dominio de las alturas en las jugadas dentro de su área. Pero su rasgo más característico es que se expresa poco con el verbo y espera poder hacerlo sobre el terreno de juego. Nada hablador, viene a la UDA con la lección bien aprendida, sabiendo que Ustari se ha marchado por no tener minutos y que por delante tiene a todo un Esteban. Del asturiano espera aprender mucho, tal y como lo ha hecho de un mito como es Andrés Palop o de sus actuales compañeros en el Sevilla, Varas y Beto, y en una expresión concisa ha desvelado que su objetivo es el de venir a sumar y a contribuir a que el Almería pueda conseguir el objetivo de la permanencia en Primera División.
Llegó a la ciudad en la tarde del martes para firmar su contrato y este miércoles, a primera hora, ya estaba en el Estadio de los Juegos Mediterráneos para conocer a sus nuevos compañeros, realizar su primer entrenamiento y dar una rueda de prensa con motivo de su presentación. De su primer contacto ha sacado en claro que se trata de un vestuario en el que lo han acogido muy bien y en el que lo han apoyado mucho, circunstancias que ha querido agradecer públicamente. Este granadino de nacimiento un día 28 de marzo de 1991, concretamente en Campotéjar, ha llegado hasta los 196 centímetros y pesa nada menos que 95 kilos, habiéndose forjado como futbolista en el Sevilla desde los juveniles, pasando por el filial y ya en el primer equipo.