El míster del Almería ha lanzado un mensaje a alguien concreto del Villarreal, con el que hablará sobre los curiosos casos de espionaje que se han producido esta semana en los entrenamientos de su equipo. En todo caso, sus palabras dirigidas a al entidad amarilla han sido de mucho respeto y cariño, ya que allí pasó siete años de su vida, cuatro como jugador y tres como técnico de diversos equipos dentro de su disciplina. De hecho, ha deseado que suban los dos, la UDA y el conjunto castellonense, ante el que vivirá una noche especial.
Ha reconocido que quedan salidas y entradas en su plantilla, y que este proceso de reformas se está produciendo durante una fase dura de la temporada, con partidos complicados que hay que sacar. Pero la base es la que debe sostener al equipo, que no cambiará su modo de trabajar dependiendo de quien entre. Uno ya ha llegado, y además está disponible, como es Rubén Suárez, que aportará cosas positivas al juego rojiblanco y que está bien físicamente.
En otro orden de cosas, ha dicho que la afición lo es todo para ellos, y que ojalá sus hombres tengan a favor lo que se encuentran en contra en los estadios que visitan, incluida la presión hacia las decisiones arbitrales. Se espera un partido de poder a poder, con dos conjuntos que van a pugnar por tener el balón, sabiendo que el submarino amarillo no está más arriba en la tabla porque está siendo irregular en sus desplazamientos. El potencial del rival es indiscutible, pero su Almería debe encaminarse a conseguir la contundencia que tuvo al principio de temporada y cree que se va a conseguir, con más presencia en el área contraria.