El entrenador rojiblanco se mostró satisfecho y con ganas desde el principio de defender lo hecho por su equipo, al que destacó por su gran trabajo. Consideró que hizo un buen partido tanto en igualdad como en superioridad numérica, disfrutando de una gran cantidad de ocasiones hasta para poder golear. Eso es lo importante para él, y no que se acabase pidiendo el final, puesto que incluso en los últimos momentos del encuentro se pudo haber marcado el tercero. Se vuelve al triunfo en su estadio tras dos derrotas seguidas en casa, a pesar de que por mucho que se hable de la pegada del Almería, esta vez no haya estado presente por falta de acierto arriba. Reconoció que le sigue preocupando el balón parado, que fue como encajó el tanto en contra una vez más, y recordó que el Recre ha sido capaz de levantar resultados en los finales de varios choques previos. No se quiso fijar en ser segundos de nuevo, sino más bien en la brecha abierta con respecto a la séptima plaza para cerrar cuanto antes el primer objetivo, que es meterse en promoción.
El míster del Decano no quedó nada satisfecho con la actuación arbitral, ya que entiende que la expulsión de Dimas fue injusta e influyó de manera decisiva en un partido que había preparado de una manera concreta y que se desarrolló de otra. Los suyos estuvieron en inferioridad numérica una hora y desveló que sus futbolistas terminaron realmente agotados del trabajo desarrollado ante el buen físico y el buen toque de los rojiblancos. Con todo, los jugadores dosificaron fuerzas para aguantar al Almería e intentar dar un zarpazo para al menos puntuar en el Mediterráneo. Muy contrariado por el devenir de los acontecimientos, de hecho él mismo fue expulsado al poco de su futbolista, al menos sí mostró mucho orgullo con respecto a su equipo, al que vio desde arriba.