No es sólo una marca o un lema de hace unos pocos años en las gorras y camisetas. Es un modo y no una consecuencia, y significa que es el momento de invitar a quien no lo vea claro a que se aparte a un lado y deje paso a los que no tienen temblor de piernas y aplican al fútbol el carácter que este deporte te pide. Así de claro lo tiene Henok Goitom, que no se ha referido a nadie en concreto, sino que ha se ha centrado en explicar lo que hay que hacer hasta el final asumiendo las situaciones que se van dando y peleando contra ellas: «si te tiemblan vas para abajo, entonces es mejor que no juegues, no hay otra cosa, aquí es o sacar carácter o si no lo sacas es mejor que no juegues y lo dejes a otro jugador, porque si tú tiemblas se nota en campo, así de fácil».
En relación a esto, y ya vinculado al nuevo tema del psicólogo, el sueco de origen eritreo, al cual una parte de la grada ha acusado en alguna ocasión de demasiado frío- asegura que él no lo necesita, y lo ha negado además de una manera muy categórica: «cada uno ha vivido su vida, algunos a lo mejor han tenido una vida muy tranquila y quizá necesitan un psicólogo, yo no lo necesito; yo he tenido 20.000 ó 25.000 personas contra mi y… lo que vale en la vida es tu familia y tus mejores amigos, a tomar por culo el resto, porque esos son los que están contigo». Con una fortaleza mental extraordinaria, está convencido de que «aquí el fútbol es para jugadores que tienen carácter, y si no tienes carácter mejor dejarlo, porque en ese deporte todas las cosas no van para arriba, siempre van para abajo y para arriba y hay que vivir eso».
Evidentemente no ha querido entrar en la opinión de cada uno de sus compañeros que hasta ahora se han pronunciado sobre esa cuestión, manteniendo respeto hacia los que consideren que es algo útil o incluso obligado: «si alguien necesita un psicólogo que lo busque, que cada uno elija lo que quiera hacer; yo no necesito un psicólogo, estoy jugando al fútbol 9 años fuera de Suecia, me fui con 18 años de mi casa a vivir solo y por lo menos yo no lo necesito; hay que preguntarle a cada uno». Su modo de ser y pensar incide directamente en su modo de sentir y de transmitir lo sentido, y así es su fútbol, pragmático, de gran calidad, a veces más cerca y otras no tanto de lo que pide la grada, aunque lo que se pide en la mayor parte de las ocasiones no tiene sentido.
El sueco ha venido siendo titular indiscutible y nadie pone en duda su concurso, pero sí ha variado su posición dependiendo de las necesidades del equipo. Ha jugado por las dos bandas, de enganche y de delantero centro. No sabe lo que le tocará en Huesca, pero tiene claro que «sí debemos conseguir algo, hay que ganar», y por lo demás, «ahí está el míster, que es el que manda; he jugado en muchos sitios y depende de como él quiere jugar y de lo que es bueno para el equipo». Y claro, lo mejor siempre es vencer e intentar llegar a los objetivos: «sabemos que está complicado el ascenso directo, pero nosotros no tenemos que pensar en eso, sólo pensar en ganar y luego los resultados pueden caer mal o bien, pero nosotros tenemos que hacer el nuestro, y si nos toca playoff, pues playoff».