El que ha sido cocinero antes que fraile sabe de qué va la cosa, y Francisco fue niño prodigio antes que futbolista consagrado y jugador de Primera División. Una parte importante de su carrera la ha vivido vestido del rojiblanco del Almería, y uniendo esas dos condiciones le hacen ser el inquilino idóneo del banquillo del filial, por ahora. De hecho, sabe motivar a los chavales y hacer que jueguen como un bloque en una situación difícil para ello, primero por la edad y segundo por la gran calidad técnica de cada uno.
El míster del Almería B ha analizado el partido sabiendo que era importante ganar, sobre todo después de haber encajado la primera derrota en liga la jornada pasada, la número ocho del campeonato. Sabe que han podido golear, pero no resta méritos a un rival que cree que están bien hecho y que arrastra mucho oficio. Con todo, su equipo anda cuarto y destaca la igualdad de la categoría, sin dejar de vista que la misión de un filial al fin y al cabo es la que es. Él prepara un equipo lleno de individualidades y lo hace funcionar como precisamente eso, un bloque, sabedor de que Javi Gracia anda por la grada, llama a sus pupilos a los entrenamientos del primer equipo y los incluye en convocatorias.