El míster rojiblanco comparecía sereno en la sala de prensa, y es meritorio que no cambie ni la cara ni el discurso ni en la victoria ni en la derrota. Es siempre el mismo, pero era la hora de valorar de forma muy positiva el triunfo logrado frente al Pucela asegundo que era importante ganar por sumar tres puntos más y también por la afició,n porque todavía no había visto vencer a su equipo en el Estadio de los Juegos Mediterráneos y ya se lo merecían «por todo el apoyo que nos dan». El técnico almeriense explicaba que el encuentro fue muy complicado pero que se preveía así, porque delante hubo un muy buen equipo que sólo había perdido hasta el momento en los campos del Barcelona y del Villarreal, «algo realmente significativo».
Francisco destacaba por otro lado «el mantener nuestra portería a cero y las ocasiones de gol que hemos tenido para no haber sufrido en los últimos minutos». En cualquier caso, como decía, «hemos aprendido de errores anteriores y supimos mantener nuestra ventaja en el marcador en el segundo tiempo después de unos primeros cuarenta y cinco minutos muy buenos por parte nuestra». Seguidamente matizaba que «en el segundo período tuvimos clarísimas ocasiones como para haber sentenciado el encuentro». El técnico del conjunto almeriense elogiaba «el compromiso, la actitud y el trabajo de los jugadores», y abogaba por seguir en esta línea para seguir mirando con optimismo el futuro.
Por su parte, y como es natural después de la jugada polémica del partido, la del gol de Rodri con el puño, Juan Ignacio Martínez mostró su descontento. A su juicio el resultado fue injusto, a pesar de que reconoció que su equipo no había hecho casi nada bien. Mal encuentro de los blanquivioleta por un lado, pero por otro reconoció los méritos del Almería sobre el terreno de juego. Preguntado sobre el gol encajado, contó igualmente que tuvo que levantar el ánimo de sus hombres en el descanso por la impotencia que sintieron de que subiera al marcador.
