Es un tipo sencillo y no tiene problema en hablar de su juego y de la situación en la que se encuentra ahora, mucho más cogido por las defensas porque lo han estudiado. De hecho, reconoce que le tienen un poco más tomada la medida en los movimientos por dentro, pero como esto es un equipo lo importante es que ha emergido en beneficio del grupo un imparable Aleix Vidal. El empuje del tarraconense a él le empuja más hacia la banda, labor que el míster le tiene encomendada y si llegar a quejarse sí asegura que no le va bien del todo a su juego, pero lo asume y trabaja para el Almería. A pesar de que dispone de la libertad de inventar, no se puede fiar demasiado en aventurarse como lo hacía recién llegado, puesto que su responsabilidad también es la de correr para atrás y el físico a veces no llega.
Es la primera vez que juega en Anduva, estadio al que compara con Guadalajara, y sabe que hay que prepararse muy bien porque todos los equipos tienen calidad a pesar de que el Mirandés haga un juego más directo, más en largo y menos tocador. Son armas muy válidas, y considera que será complicado, pero no deja de reconocer que es una gran oportunidad para sumar tres victorias seguidas y para después luchar por la cuarta. Y es que no se puede fallar y hay que sumar de tres en tres porque vienen empujando, sobre todo el Villarreal. En el análisis de los problemas, no tiene la menor duda de que las derrotas les han venido más por errores propios que por aciertos de los rivales, ante lo que exige estar bien concentrado ante lo largo y duro que es el campeonato. Está encantado en Almería, pero en el futuro no piensa, sólo en el sábado. Tampoco hace cuentas. Iago Falque pide afinar la puntería.
