Pocos clubes han nacido pensados exclusivamente en los niños y sin otra pretensión que no sea el de fomentar el hábito deportivo y el gusto por el fútbol entre los más jóvenes. Ese es el caso del Polideportivo Aguadulce, que un año más ha demostrado que con ilusión más que con otra cosa se pueden conseguir todas las metas propuestas. No hay miedo en acoger a más de 300 niños y niñas durante muchos meses seguidos, pero sí nervios ante una momento sumamente emotivo como es el II Acto de Clausura de la temporada 2011-12.
Será a las ocho de la tarde del viernes, 8 de junio, en el Campo Municipal de Aguadulce, lugar habitual de entrenamientos y partidos de los distintos equipos que conforman el organigrama azul, un total de 17 desde los cuatro años en adelante hasta la edad juvenil, en la que concluye la aventura del Poli. El equipo técnico conformado temporada tras temporada ha ido elevando el nivel de los resultados en las competiciones en las que se participa, capitaneado por el mítico Rafagol en el papel de coordinador deportivo.
De este modo, con orgullo se hace referencia desde la directiva del club, encabezada por el presidente José Manuel Yeste, a los éxitos de la temporada, representada en el equipo Benjamín de Primera Provincial, que ha conseguido clasificarse para jugar el Campeonato de Andalucía, y el equipo Infantil, también en la misma categoría, que ha salido campeón del torneo y con ellos ha logrado el ascenso a Preferente faltando algunas jornadas para su finalización. Pero estos logros deportivos sólo son una pequeña parte de los triunfos que se suman a diario, cada vez que pasa un día de entrenos y los chavales y chavalas se han esforzado a tope y han interiorizado que la práctica del fútbol es divertida.
El acto consistirá en una concentración de todos los jugadores y jugadoras en la grada de las instalaciones, que van a ‘robar’ por un día a sus padres, madres, abuelos, abuelas y demás familiares, que son los que las ocupan habitualmente para darles todo el ánimo del mundo cuando disputan los partidos. Hay dos colores únicamente en ese día, el azul y el blanco, y ambos ya son santo y seña de una parte muy importante de las vidas de muchas familias de Aguadulce. El club es joven, pero la foto que ilustra para la posteridad este día tan importante no lo demuestra para nada, ya que es la de un colectivo enorme de futbolistas en miniatura, savia nueva que refuerza al balompié como el deporte ‘rey’.
Los valores de la deportividad, de la competitividad, del compañerismo, del respeto al rival, de la superación, han sido los predominantes en todos estos meses de convivencia en los que no sólo los niños y niñas han dado ejemplo de disciplina dentro del divertimento, sino que sus propios familiares han participado en que ello sea así. Y es que el papel de las personas más cercanas a los chavales y chavalas es extraordinariamente importante para que el ambiente sea de cordialidad y se consiga el progreso que el club ha alcanzado en tan poco tiempo. No hay duda, el Polideportivo Aguadulce es una gran familia.