jueves, 14 noviembre 2024

El Medio Maratón de Almería es la prueba en la que todos se superan y son ganadores

27 enero 2013
Almería
En Almería ha habido casi tres millares de participantes

Juan Francisco Cazorla manda un beso al público de meta

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Vídeo: padre corre con su hijo sentado en un carrito haciendo un tiempo que baja de la hora y media

Su nombres es Juan Francisco Cazorla. Se vio retirado de la alta competición por una lesión de rodilla, pero eso no le impide ser un ganador en cada una de las pruebas que afronta. Desde que es padre se acompaña de su hijo en cada entrenamiento, con la simple consigna de que no se mueva y que disfrute del deporte desde dentro. Cuando pasen algunos años los dos serán corredores y entonces dejarán el carrito aparcado, pero por ahora tanto en los entrenamientos como en las pruebas a ambos los une este medio de compartir una gran aventura. Entrena los trenes inferior y superior, y esta vez ha hecho cuatro minutos más que su anterior participación. Con todo, ha sido algo más de una hora y veintiocho minutos, lo que supone una marca extraordinaria para la prueba de la que se trata, todo un Medio Maratón. Por si todo esto fuera poco, corre dedicando cada zancada y lo escribe en su dorsal.

 Esa no es la única historia de una prueba que supone un reto personal para todos los que la afrontan. Desde los profesionales que se dedican al atletismo de una manera más seria hasta los aficionados que ruedan por sentirse bien y por mantener su salud, son 2.819 vivencias diferentes y magníficas en la lucha contra la distancia. Solos midiendo sus propias fuerzas o en grupo ayudándose en los momentos más delicados, cuando algún tramo se atraganta y hace que las piernas se encasquillen y no respondan. No hay nada que hermane más que las carreras de fondo, con grandes dosis de solidaridad y el más abnegado compañerismo, ya que el aliento primero llega desde dentro del propio recorrido proveniente de personas que no se conocen de nada entre si pero que comparten una superación personal. Desde fuera también se intentan dar alas a los esforzados, y en todos sitios hay caras felices, pero sobre todo congregadas en la línea de meta sea cual sea el tiempo en el que se ha parado el crono. Sin edad, sin sexo, sin condición física, no caben las distinciones porque sencillamente no existen. Es la alegría de sentirse vivo.

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