Su mejor recuerdo posiblemente esté vinculado con un campo de fútbol en el que solo hubiera eso, fútbol, sin muchos millones corriendo sobre albero primero y césped artificial después. Llegó lejos, fue grande en este deporte, sobre césped natural, pero no dudo jamás en volcar su empeño en cuerpo y alma al fútbol humilde. Su dedicación fue tan extraordinaria que no solo se le ha reconocido por parte de sus dos clubes más señeros, sino por parte de los que lo vieron en acción deteniendo balones o aplicando su sabiduría. Pepe Asensio fue recordado en el campo de Los Ángeles, ese último en el que lo dio todo.

Un combinado de jugadores del club capitalino del Oriente y los veteranos del Viator disputan este domingo por la mañana un amistoso dedicado al delegado del equipo sénior de la entidad oriental, fallecido a finales de febrero a los 59 años como consecuencia de un cáncer. Sus dos equipos quisieron rendir recuerdo a este hombre de fútbol entre un gran ambiente. Antes del encuentro, Tani Asensio, la hija del fallecido, leyó unas palabras por megafonía recordando al homenajeado: «mi padre fue de esas personas que el mundo merece conocer; tenía un corazón tan grande que podía querer a dos equipos a la vez, a su Oriente y a su Viator; uno no muere nunca si la gente lo recuerda».
Después, el club oriental le entregó una camiseta conmemorativa a Arturo Asensio, hijo de Pepe, y el cartel enmarcado de la cita a su viuda, Amalia López. El encuentro de la emotiva cita lo disputó un combinado de jugadores que han pasado por el Oriente, con los que Pepe Asensio tenía una gran relación, y la AC Veteranos Viator. Era lo de menos, pero el resultado fue de 2-1 favorable al Oriente, y el objetivo e reunir a muchos de los amigos que hizo en el mundo del fútbol llegó a buen puerto. El que fuese portero del Cartagena y del Viator también recibió el particular homenaje por parte de su hijo Arturo, que se enfundó los guantes con la camiseta con la que actuaba su padre para jugar en la segunda mitad de guardameta.